Estamos en una época en la que se han perdido los mínimos valores de ética institucional y política. Cada día me sorprenden más las formas con las que actúa esa izquierda tripartita que se quiere autoerigir como adalides de la transparencia, la lucha contra la corrupción o la buena gestión.

En las últimas semanas estoy teniendo que asistir a una situación bastante bizarra, a mi entender. Cuando este municipio dice basta ya a la desfachatez del impago de la deuda de 1,5 millones de euros por Villa Elisa; cuando anunciamos que reclamaremos la deuda por vía judicial y cuando decimos que la Diputación se hace cargo de la restauración del palacete, es entonces, cuando, por lo bajini, en una llamada informal de teléfono, alguien de la Generalitat nos dice que ya tienen el dinero para pagar. ¿Extraño no? No hay comunicación oficial, no hay lealtad institucional, no hay un informe o una carta escrita que afiance esa supuesta afirmación.

Poco antes, y días después de haber dicho basta ya por el incumplimiento del compromiso de finalizar las obras del CEAM, una noticia nos advierte que «ya está todo listo para licitar la obra». ¿En serio? Este Ayuntamiento, una vez más, no ha recibido ni una carta ni un informe oficial.

Esto parece la técnica habitual, a la vista de que desde Compromís se anuncia que la delimitación del humedal de la zona sur de Benicàssim ya está lista por parte de Conselleria. ¿De verdad? ¿Y cómo es que el Ayuntamiento, que representa a todos los vecinos de Benicàssim, no sabe nada oficialmente? Ni una carta del conseller, ni un dictamen, ni anuncio del DOGV.

Esta es la política de transparencia de la izquierda, la de cuchichear los actos oficiales sin ejecutarlos, sin cumplir, sin transformarlos en hechos. Sectarios, dando información solo a los suyos. Demostrando que el ocultismo, la manipulación y el partidismo están a la orden del día.

Ahora, que no me extraña que las cosas vayan de mal en peor, sobre todo si tenemos en cuenta que la nueva presidenta del PSOE es Cristina Narbona, quien, tras el fraude de las desaladoras, debería tener un cartel de non grata en Castellón.

*Alcaldesa de Benicàssim