En numerosas ocasiones se ha trazado un paralelismo entre la crisis actual y la del 29 que sacudió por completo a EEUU. Ahora Barack Obama ha buscado el paralelismo en la solución. Al igual que hiciera Franklin D. Roosevelt, el actual presidente quiere poner fin a la austeridad, impulsar la reactivación de la economía y que el motor del cambio sea la vapuleada clase media. La economía fue el punto clave de su discurso sobre el estado de la Unión en el que reivindicó el papel del Gobierno. EEUU se encuentra en buena posición para alcanzar estos objetivos. La recuperación se nota, aunque sea de forma tímida. Sin embargo, no está claro que el Congreso esté dispuesto a seguir ese camino. Por ejemplo, la propuesta de una subida del salario mínimo, vinculado además a la inflación, encontrará la total oposición republicana, lo mismo que las medidas para combatir el cambio climático o la mejora del sistema electoral y el control de las armas.

En el discurso de Obama también había buenas noticias para Europa. Un acuerdo de libre comercio entre la UE y EEUU puede impulsar la economía y el empleo, algo de lo que los europeos estamos más que necesitados. La relación entre ambos representa un tercio del comercio mundial. Con el tratado, se crearía la mayor zona comercial del mundo.