Eso es lo que nos diferencia a unos de otros; a quienes bajan la mirada rehuyendo de las responsabilidades concentrados en sí mismos, de quienes miramos de frente y a la cara.

Claramente lo hemos podido ver este fin de semana, intenso en lo político, con dos encuentros nacionales que han centrado la agenda y que han visibilizado la diferencia entre mirarse el obligo y avanzar con la mirada puesta en aquellos a quienes tenemos que responder tras haber recibido el mandato democrático.

Mientras la formación morada dirimía cómo destriparse poniendo el foco en los de su propia formación; los populares hemos debatido propuestas, compartido ponencias, expuesto ideas y renovado confianzas pensando en los ciudadanos.

La unidad es el requisito fundamental para que un engranaje avance. Como decía Javier Maroto en el marco de nuestro congreso nacional, podemos pensar distinto, discrepar y discutir sobre planteamientos, pero compartimos el compromiso común de no fallar a quienes tenemos en frente, que no son otros que aquellos por quienes trabajamos, nuestros vecinos, aquellos por quienes buscamos consensuar y construir las mejores propuestas.

Vuelvo de Madrid con el convencimiento de que somos la única organización capaz de hacer frente con responsabilidad a la tarea de gobierno, a veces nada fácil; de asumir con deportividad las diferencias, de integrar con generosidad las discrepancias y de sobreponerse a dificultades que llegan de la mano de desaprensivos que han visto en la política no un instrumento para mejorar lo colectivo, sino para favorecer sus intereses.

Con la vista puesta en el futuro del país, yo miro también hacia delante, orgulloso de los argumentos del PP frente a populismos y deslealtades, frente a personalismos y ambiciones que guían a otros y les alejan de los intereses de los españoles, de sus inquietudes y de su necesidad de crecer en oportunidades y de progresar.

*Alcalde de Peñíscola