Históricamente, el palo ha sido una herramienta útil para mejorar el uso de elementos comunes y dotarles de una nueva utilidad que ha servido para mejorar la vida cotidiana de las personas.

En 1837, Jacob Howe ya patentó una especie de fregona, que facilitaba fregar el suelo con fibras pegadas a un palo. Posteriormente fueron mejorando el invento, ni que decir tiene lo que nos ha mejorado la vida doméstica.

Todos recordamos otro gran dulce invento, el Chupa Chups. En 1956 Domingo Massanes tuvo la idea de incorporar un palo a un caramelo, ¿qué sencillo verdad? Pues permitió comer caramelos sacándolos de la boca sin pringarte los dedos. Hasta Johan Cruyff cayó en la tentación de comer Chupa Chups en los partidos de fútbol.

Y qué decir de una de las últimas aplicaciones del palo, esa que nos hartamos de ver en verano, en vacaciones, en festivales y en fiestas varias, como no, el palo-selfie. Desde 1983 ya se usa, y nos ha permitido hacernos autofotos sin troncharnos el brazo.

Podría decir más, todos útiles, todos ellos de una u otra forma nos han facilitado la vida, para la única actividad que no trae nada bueno es para la política.

Yo diría que dar el palo es lo que está haciendo Pedro Sánchez. Entró en el Gobierno dando el palo a los españoles, con 84 escuálidos escaños está de ocupa en la Moncloa, dando el palo a las familias, anunciando la mayor subida de impuestos de la historia, dando el palo a las víctimas de ETA, acercando a los presos que ni siquiera han pedido perdón, dando el palo a lo público, colocando a la mitad de la ejecutiva del PSOE en empresas públicas, por no hablar de su mujer, la estilosa Begoña Gómez que la ha colocado en el Instituto Empresa, sin mérito ninguno.

Les ha pegado el palo a los jubilados españoles, votando en contra de los presupuestos del Partido Popular y atribuyéndose la subida de las pensiones. Nos ha pegado el palo a los castellonenses, viene a nuestra provincia con la excusa de mantener una reunión «informal» con Ximo Puig, pero no hablan para nada de la financiación de la Comunitat Valenciana, tan insistentemente pedida por la izquierda durante el Gobierno de Mariano Rajoy. Y el chico, se va con el avión presidencial al FIB, al concierto de The Killers, con un par.

En fin, hablando de palos. Dónde va a parar, prefiero el palo del Chupa Chups, ese que te permite darle al caramelo sin pringarte las manos. El otro, el palo de Sánchez no me gusta nada, y es que al final el refranero español sirve para todo, igual le vendría bien una dosis de jarabe de palo.

*Secretaria general PPCS