Querido lector:

El que suscribe, por supuesto, no tiene los conocimientos médicos para juzgar el libro del pediatra castellonense José María González Cano, Víctimas de la lactancia materna, que ha ocasionado una polémica mayúscula en Castellón y en todo el país a través de las redes sociales. Pero en realidad, con conocimientos médicos o sin ellos o con experiencias prácticas o sin ellas, no la podíamos tener ni el que les escribe ni nadie, porque el libro que iba a ponerse a la venta estos días aún no podía haber sido leído y por tanto no podían ser ni enjuiciados ni valorados y mucho menos vilipendiados o ensalzados los contenidos en él incluidos. Entonces, ¿por qué tanta polémica, tanto follón, tanta movilización y tanta radicalidad?

Pues, pásmense. Linealmente, por una solapa. Por las cuatro líneas que aparecen en la contraportada del libro a modo de resumen sintético del desarrollo de la obra que al parecer no coincide con la corriente general. Pero es que da igual, sea en una solapa o en toda la obra. En realidad, si lo analizamos bien, la polémica tiene una causa más profunda. Una causa sociológica que viene ligada a la teoría del pensamiento único que trae consigo dos de las más peligrosas consecuencias: la supresión de los derechos fundamentales de discrepar y de libertad de expresión. De ahí mi atención.

La OMS recomienda el destete a los seis meses y la creencia general avalada por la mayoría de pediatras habla de que cuanto más tiempo tenga lugar una alimentación del bebé con leche materna mejor. Y aunque creo que el autor viene a coincidir, discrepa en algunas cuestiones fruto de su experiencia de más de 30 años siendo uno de los pediatras más prestigiados de Castellón.

Pero aunque dijera lo contrario. La cuestión no es este tema o cualquier otro, sino el hecho de que por discrepar o manifestar su opinión se inicia una caza de brujas para su eliminación, se le pide su destitución, se demanda la supervisión de su labor en el hospital, se califica su opinión sin leerla de aberración o se pide la retirada del libro... Querido lector, yo soy Charlie Hebdo.