Cuando creía haber superado ya toda capacidad de sorpresa, acaban las fiestas de la Magdalena y un comunicado de prensa remitido desde el gabinete de alcaldía del Ayuntamiento de Castellón a los medios de comunicación, vuelve a causarme estupor y desconcierto. Por primera vez en la historia de la Junta de Festes, la alcaldesa, una alcaldesa socialista --es importante incidir en su condición de afiliada al partido que se autoproclama «defensor a ultranza de la transparencia y participación»-- se atrevía a la mayor de las injerencias, desautorizar y obligar a dimitir al presidente elegido democráticamente por la Asamblea de Fiestas. Olvida Amparo Marco que fueron sus miembros quienes votaron al actual presidente por lo que deben ser ellos quienes decidan su continuidad o no al frente de este organismo autónomo.

Es inadmisible el nivel de politización con el que el bipartito está intoxicando las fiestas. Unas fiestas que deberían pasar a la historia por su alto nivel de participación y sus actos gracias al trabajo desinteresado de tantos hombres y mujeres del món de la festa, se han convertido en polémica a causa de las injerencias políticas y los episodios desagradables protagonizados por la alcaldesa y su concejala de fiestas. Desde el Grupo Municipal Popular lamentamos este enfrentamiento del gobierno municipal con la Junta de Festes pues lo único que está consiguiendo es empañar el excelente trabajo que se ha hecho desde el món de la festa. De ahí que insistamos en nuestro reconocimiento a todas las personas que han trabajado, no sólo durante la Magdalena sino todo el año, para que tuviéramos unas fiestas que han resultado ser un éxito y exijamos respeto, autonomía y libertad para la Junta. Muchos no dan crédito a lo que está ocurriendo en Castellón, una ciudad gobernada bajo la cándida y falaz imagen de un lobo con piel de cordero…

*Portavoz del Grupo Municipal Popular en Castellón