“Podemos, pero solo si me hacéis caso a mí”. Esa es la máxima del líder absoluto del partido revelación, Pablo Iglesias, que a medida que pasa el tiempo se retrata y demuestra que todas esas esperanzas e ilusiones que repartía a diestro y siniestro con palabras gratuitas antes de las elecciones europeas son la piel de cordero con la que se disfraza un lobo.

El problema es que el lobo, aunque se disfrace de cordero, siempre será un lobo, y más pronto o más tarde se le verán las garras y los colmillos. Y para muestra un botón: la asamblea general de Podemos de este fin de semana, en la que Iglesias ha puesto en escena la pura demagogia y su particular interpretación de la democracia.

Entre otras cosas choca su manera de querer imponer SU democracia: “Si quieres el cielo hay que tomarlo al asalto”, o algo así dijo. Solo le faltaba poner los palos y las piedras en las manos del auditorio, que en su mayoría, desde mi punto de vista, son personas con grandes voluntades e ilusiones, desencantadas, pero que más pronto que tarde descubrirán qué hay detrás del personaje.

La verdad es que algunos de los suyos ya le van descubriendo. El mensaje de Pablo Iglesias es claro: no admite a nadie que le rebata, o piensas como él o el proyecto se disuelve y muere con él.

Un proyecto personalista, al estilo de otros que dan un poco de miedo, como Venezuela, o Cuba… supuestas democracias enjauladas en evidentes dictaduras.

Así deben gustarle las cosas a Pablo Iglesias y a los dirigentes que le acompañan en un nuevo partido que nos llama casta a todos los demás, mientras ellos practican las técnicas populistas radicales que están teniendo terribles consecuencias en otros países.

Su discurso económico es un suicidio y el político está evidentemente vacío de contenido.

Todo se basa en destruirlo todo, el sistema, las castas y finalmente la democracia real, la que disfrutamos todos, porque quieren imponer la suya, la que sigue al líder ciegamente, un flautista de Hamelin, un encantador de serpientes o un antisistema, pero no un demócrata, de eso estoy seguro. H

*Alcalde de Nules y diputado provincial de Medio Ambiente