Desmantelar: «Derribar o desmontar algo, especialmente clausurar o demoler un edificio u otro tipo de construcción con el fin de interrumpir o impedir una actividad». Así consta en el diccionario la definición del mayor ataque hacia el Hospital Provincial de Castellón.

Así de claro, así de contundente, así de cruel. Esto es lo que sin ninguna duda está haciendo Ximo Puig con el Hospital Provincial de Castellón. Lo quieren desmontar, clausurar, y de momento es obvio que lo que están interrumpiendo e impidiendo es el ejercicio de la sanidad pública.

Lo primero fue como todo en la vida, cargarse su reputación. Un centro sanitario que siempre había sido un referente oncológico, se convirtió de la noche a la mañana en un nido de corruptelas, que obligó a la consellera Montón, por supuesto en periodo de campaña electoral, a llevar las facturas del Provincial a Fiscalía. Por supuesto intentando desprestigiar a su vez a la Diputación de Castellón.

El fiscal fue contundente en su resolución, no solo no vio delito alguno en la gestión del hospital, sino que advirtió a la consellera de que ella misma estaba realizando las mismas prácticas que denunciaba. Lo siguiente fue echar a la calle a 17 profesionales sanitarios del hospital, porque según ella no hacían falta, y cuando se fueron, resultó que sí hacían falta, así que lo siguiente fue eliminar servicios.

Todo ha sido un auténtico rosario de desgracias, hasta la auditoría que ha realizado la propia Generalitat, en concreto del 2016, la pone a caldo. Más de 800 millones de euros sin consignación presupuestaria en los hospitales de la Comunitat Valenciana, 59 millones de euros de deuda en el Hospital Provincial, se triplican las listas de espera, ocasionado principalmente por la precariedad laboral del personal del hospital.

Hace pocos días, acudí al juzgado a demandar que se anulara el acuerdo que amortizaba las 17 plazas, allí coincidí con otros trabajadores del hospital que acudían a proteger sus derechos. No sé si la juez me dará la razón, lo que si sé es que defenderemos hasta el final a los trabajadores, porque ellos son los responsables de la calidad en la atención sanitaria.

Tal vez no consigamos que vuelvan, pero daremos todas las batallas. Lo que sí echo de menos es la vehemencia de algunos sindicatos que son reivindicativos cuando la gestión depende del PP y que ahora miran hacia otro lado.

Política, sí, pero no con la salud.

*secretaria general PPCS