La sociedad ha evolucionado para bien en muchos sentidos, pero, por desgracia, también lo han hecho las formas de odiar y de plasmar ese odio, sin más argumento que convertirlo en el máximo dolor y sufrimiento posibles.

Estos días todos hemos escuchado o leído multitud de opiniones respecto de los atentados terroristas en Las Ramblas de Barcelona, unas más afortunadas que otras. Algunas repugnantes y otras muy interesantes, de esas que te llevan a reflexionar. No es mi intención realizar un análisis político, filosófico, territorial o estratégico sobre un problema tan complejo y con tantas implicaciones, y, por lo tanto, no voy a hacerlo. Mi propósito es compartir mis sensaciones como un ciudadano más, sumándome a esa voz mayoritaria, esa que dice bien alto: no tengo miedo.

Pero si no lo tengo no es porque sea un valiente que piense que nunca me pasará a mí. Las circunstancias niegan esa impresión. Cualquiera podemos convertirnos en víctimas, porque el terror, como la información, las relaciones personales o la difusión de ideas, también se ha globalizado, y no hace falta estar en ningún lugar de riesgo para ser un objetivo. Solo hace falta estar en cualquier lugar.

SI NO TENGO miedo es porque sé que puedo confiar. Sé que hay personas que velan por mí y los míos, por todos nosotros, personas que ponen en riesgo sus vidas, que dan un paso al frente cuando las cosas se ponen verdaderamente feas, profesionales que investigan, que están al acecho y que hacen un trabajo fundamental. Esas personas son las que integran los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad el Estado.

Sé que todas esas personas moverán cielo y tierra para garantizar que algo así no vuelva a suceder y que, si vuelve a suceder, tenga las menores consecuencias posibles. Así lo demostraron en Cambrils, horas después del ataque de Barcelona, y con las detenciones que se produjeron en los días siguientes.

No se les puede pedir el don de la adivinación, ni que se adelanten a los pensamientos de unos locos, porque esos asesinos no son fieles musulmanes, ni tan siquiera hombres furiosos con un objetivo superior. Se trata ni más ni menos de salvajes que un día se dejaron poseer por un odio irracional contra el que lucharemos con la libertad que pretenden arrebatarnos.

*Concejal y presidente del PP de Nules