Querido lector/a, el domingo pasado se celebraron las elecciones primarias a la secretaria general provincial de Castellón del PSPV-PSOE y, de entre los tres candidatos que se presentaban, ganó Ernest Blanch al superar el 50% de los votos.

La cuestión, ahora, tiene que ver con la pregunta de siempre: ¿qué hacer? Pero las respuestas, en política, no siempre son fáciles. Y es que, a pesar de que los partidos tienen líneas comunes a seguir, son algo plural y repleto de experiencias y análisis frente a la realidad. En todo caso, hay un par de detalles a tener en cuenta. El primero tiene que ver con la obligación de dejar pública constancia de la importancia de las elecciones primarias en el PSOE. Una experiencia de democracia participativa directa que constata que el PSOE pertenece a los afiliados y, su voto igual, puede decidir el futuro. Sentimiento siempre importante e incluso necesario cuando en el marco de una crisis económica y política los políticos pierden estima y arraigo social. Si a esto le unimos que los afiliados, el partido, tiene vocación de cambiar la realidad, las primarias adquieren más importancia porque ayudan a lo que es imprescindible para ello, a tener una organización democráticamente fortalecida, dinámica y actualizada.

El segundo detalle exige del secretario general entrante, de Ernest Blanch, que posibilite la integración de los afiliados y opiniones, especialmente la de los competidores. Entre otros motivos porque quien aspira a lograr la mayoría social para ejercer un poder democrático en su nombre, debe tener un partido unido y cohesionado que permita ese liderazgo social. En cualquier caso, reconozco que la integración debe responder a la voluntad de todas las partes. Suerte.

Por cierto, si mi felicitación es una pequeña y pública reflexión, es porque eso es la política: opinar y proponer de una forma abierta a la contribución de otros.

*Experto en extranjería