Cuando uno tiene sedimentados sus principios y prioridades es complicado que le manipulen. Sin embargo, seguimos asistiendo a intentos reiterados por cambiar el lógico orden de las cosas.

A los políticos deben importarnos los ciudadanos, sus problemas, necesidades y voluntad. Lo que ha de quitarnos el sueño es cómo solucionar sus problemas y mejorar su calidad de vida.

Lo curioso es que a quienes les interesa más poner la atención sobre el postureo y el insulto insisten en hacernos comulgar con el nuevo orden, en el que lo gestual y el aspaviento pasan a estar en primera fila. Las nuevas formaciones no hacen más que enredar, mentir y encender mechas con medias verdades. Escasos de propuestas y cargados de insultos funcionan los de la izquierda en la oposición en Peñíscola, tratando de extraer promoción política y aplauso desde su partido, olvidando qué es lo primero.

Atónito he visto cómo el concejal de La Roca (Podemos) requiere un despacho para él, mientras el equipo de gobierno pretende ceder espacios públicos a asociaciones; ya criticó al alcalde por preferir asistir a eventos de las entidades locales.

Lo peor es que está arrastrando al grupo socialista, que sigue un juego en el que lo único que cuenta es despuntar. Pónganse a trabajar por lo importante, no para ustedes ni para las siglas a las que representan. H

*Alcalde de Peñíscola