A perro flaco todo son pulgas. Viejos gobiernos con mala gestión y altos índices de corrupción en las vacas gordas son sustituidos por nuevos gobiernos inexpertos, que se centran más en los gestos, en la demagogia y en contentar a sus adictos, que en gestionar la cosa pública con grandes dosis de nepotismo y disensiones entre sus integrantes. Lo más importante sigue igual de mal. La financiación es injusta e insuficiente, como siempre, y no se modifica. El déficit, cada vez está más desbocado. De inversiones, ni hablamos. Siempre estamos, ahora también, a la cola de España; ni se cumple con las comprometidas ni se hacen de nuevas. El corredor mediterráneo sigue en el limbo. Y a la hora de reivindicar, todos los partidos tienen un lenguaje aquí y otro en Madrid.

Además, se está produciendo un proceso nefasto en el tema educativo, donde se ha eliminado la libertad de elección y se somete a los niños a un proceso manipulador similar al catalán de hace 30 años, sin comprender que aquí no nos interesa ser independientes ni colgar esteladas, ni tener su utopía nacionalidad y si que nos dejen en paz. Sobre la libertad de horarios, se ha creado un verdadero caos, hoy la quitan y mañana la ponen, y nunca se sabe. Aumentan las trabas burocráticas, se paralizan proyectos, y lógicamente, todo ello retrae la inversión privada. Para postre, las normas del Derecho Civil foral valenciano son anuladas por el Tribunal Constitucional, sin obtener una oposición unánime.

La verdad es que no, no vamos bien. Pues tendremos que solucionarlo, y solo lo podemos hacer entre todos, trabajando y, si es preciso, luchando. H

*Notario