Debió resultar decepcionante para quienes le creyeron, en su día, escuchar a Pedro Sánchez renunciar a todo aquello que, antes de llegar a la Moncloa, constituía el eje central de sus propuestas.

Decían que iban a derogar la reforma laboral. Sí, lo dijeron cuando se estaba aprobando en 2012 y negaban que fuera a ser de utilidad para crear puestos de trabajo. Hubo quien en aquel momento empezó a confiar en ella, puesto que si el PSOE, que destruyó 3,4 millones de empleos, se mostraba contrario a la misma, era buena señal.

Afortunadamente, la realidad se ha impuesto hasta el punto de que España es hoy el país de toda la Unión Europea que más empleo crea, y aquellos que, hace menos de un año, seguían prometiendo su derogación ha sido llegar a Moncloa y… nada de nada.

Otra muestra de la burla del PSOE a los valencianos es su postura respecto a la financiación autonómica. Obviando que fueron ellos quienes crearon el problema al aprobar el actual modelo que tanto nos perjudica, sorprende ver cómo quienes han sostenido, hasta hace un mes, que no se cambiaba por falta de voluntad política, ahora, cuando son ellos los que gobiernan, nos dicen que… nada de nada. De nuevo.

Escuchada la entrevista del acomodado en Moncloa, Sánchez, se constata que quien tanta derogación prometió lo único que ha derogado son sus promesas.

Y habrá quien se pregunte, ante tanto engaño, dónde está Pablo Iglesias, azote de la casta política hasta que se integró en ella. No esperen verlo en las calles liderando protestas, que ahora tiene casoplón con piscina y, ya se sabe, le cuesta mucho más salir. Otro al que la única derogación que se le conoce es la de sus principios, si es que alguna vez los tuvo realmente.

*Portavoz del PP en Vinaròs