Reconozco que en alguna ocasión he usado la expresión «ponerle puertas al campo» para dar a entender la imposibilidad de poner límites a aquello que no los admite.

El monte, efectivamente, no admite límites, al igual que el mar, que nuestras playas y al igual que nuestro turismo. En cambio, a eso es a lo que se está dedicando el gobierno de Amparo Marco en Castellón, a poner límites, cortapisas, trabas y barreras al desarrollo turístico y económico de la ciudad de Castellón. ¿Qué es sino instalar un cámping de autocaravanas ilegal en primera línea de playa? ¿Qué es sino retrasar hasta el verano la apertura de los chiringuitos de la playa porque su ineptitud les ha obligado a paralizar el proceso de licitación que ya estaba en marcha? ¿Qué es sino negarse a potenciar el turismo gastronómico votando en contra de la conversión del mercado del Grao en un centro de ocio y gastronomía? ¿Qué es sino mirar hacia otro lado cuando la problemática de las tascas y sus horarios de apertura les estalla judicialmente? ¿Qué es sino carecer, después de dos años, de un plan estratégico de turismo? ¿Qué es sino plagiar una estrategia del País Vasco y pagar 17.000 euros por ella? ¿Qué es sino ningunear nuestras tradiciones religiosas de Semana Santa al no potenciarlas como atractivo turístico? ¿No les parecen suficientes ejemplos para asegurar que este gobierno municipal ni apuesta ni cree en el potencial de Castellón como destino turístico?

NOS ENCONTRAMOS en plena temporada. Estos días miles de personas se han acercado hasta nuestras playas disfrutando del buen tiempo... Otras tantas se han sentido atraídas por nuestros pasos y procesiones... Muchas de ellas han sentido el reclamo de nuestros productos gastronómicos… Y es que Castellón ejerce esa atracción muy a pesar de las puertas que Marco se empeña en ponerle...

*Portavoz del Grupo Municipal Popular Ayuntamiento de Castellón