La semana pasada tuvimos el debate de política general en Les Corts Valencianas, era el último de la legislatura y, quizás por eso, todos esperábamos un debate potente y anuncios estrella por parte del president de la Generalitat pero, una vez más, Puig defraudó, una vez más, Puig no estuvo a la altura. Fue incapaz de transmitir un atisbo de ilusión, incapaz de plantear un proyecto claro para la Comunitat, incapaz de lanzar una propuesta que no fuera una mesa, un foro o un estudio. Decepcionante es la única palabra que se me ocurre para definir la actitud de un president que está física y mentalmente agotado.

La verdad es que sorprende que una persona que lleva soñando con ser Molt Honorable desde pequeñito, en 3 años y medio se quede sin proyecto y no tenga nada que ofrecer a los valencianos. No sé… a lo mejor la detención del expresidente de la Diputación de Valencia, las tensiones con sus socios del Consell, la investigación en los tribunales de una posible financiación irregular en el PSPV y Compromís o la dimisión de dos ministros valencianos, por actitudes no muy ejemplares, le tienen con la cabeza en otra parte.

Y es que el president no está pasando su mejor momento y, encima, se ha visto obligado a subirse al carro del cambio de criterio que tan de moda está en el Partido Socialista. Su cambio de postura sobre la financiación creo que es de las cosas más vergonzosas que he visto en política. Después de estar tres años culpando a la financiación de todos sus males: cualquier problema, cualquier inversión que reclamara un municipio, las listas de espera, colegios, de tooooodo tenía la culpa la financiación. Y de repente, por arte de birlibirloque, solo han hecho falta 100 días de gobierno del Dr. Sánchez, para que la financiación pase a un cuarto plano, bueno no, para borrarla del plano. Ya no hace falta reclamar una mejor financiación para los valencianos ahora lo importante es dialogar. Perdonen la expresión pero ¡manda narices!

No quiero perder el hilo de este artículo. Lo importante es dejar claro que Puig y Oltra no tienen nada que ofrecer a los valencianos solo agotamiento, incumplimientos, imposición y sectarismo. El debate de política general fue una radiografía perfecta del estado del Consell: un Consell caduco, sin proyecto, incapaz de gestionar y a años luz de lo que les preocupa a los valencianos: llegar a final de mes, la salud, la libertad o el empleo. Para muestra un botón: 120 minutos de discurso y no dedicó ni uno solo al principal problema de los ciudadanos que es el desempleo.

Y si ustedes se están preguntando que tiene Puig que ofrecer a la provincia, se lo voy a intentar resumir lo mejor que pueda: nada; va, voy a intentar extenderme un poco más: nada de nada. Venga, que luego me dicen que exagero las cosas, sí que tiene un proyecto para Castellón: comprar el Penyagolosa. En fin… la legislatura se acaba y lo único que ha podido ofrecernos Puig a los castellonenses es más pobreza, más impuestos y más deuda. El molt honorable ha perdido la ilusión, pero también el rumbo y, ante esta situación, lo mejor para todos es que adelante las elecciones y deje paso a un proyecto sólido y serio como es el del Partido Popular.

*Diputada autonómica del PP