Esta semana el viaje-despilfarro en avión del Sr. Sanchez al FIB ha dado mucho de que hablar. Me imagino al Sr. Presidente junto a su esposa decidiendo qué hacer el viernes por la noche: --¿Quieres que vayamos al FIB?. No estaría mal ¿verdad?, pero necesito preparar un encuentro fantasma para justificar mi viaje en avión. Ya está, llamo a Ximo Puig y a Amparo Marco, unos minutitos de reunión sin contenido, sin propuestas, sin inversiones, sin soluciones, y a disfrutar del FIB.

¡Qué poca vergüenza!. Esta situación me recuerda a la vivida hace dos años, cuando la vuelta Ciclista a España finalizaba en Lucena del Cid-Mas de la Costa. La misma semana el entonces alcalde de l’Alcora, el Sr. García, nos convocó de urgencia a una reunión con el secretario autonómico y el director general de Medio Ambiente de Compromís para hablar de la situación de Reyval.

Una reunión con muy buenas intenciones y de la que todos salimos muy contentos, aunque personalmente incidí en que esperaba que todas las soluciones planteadas sobre Reyval no quedaran finalmente en papel mojado.

Pues no iba para nada mal encaminada: ni multas coercitivas, ni el sellado del vertedero, con sus respectivas catas en condiciones, ni el cierre de la empresa se han llevado a cabo. Mi gozo en un pozo, con promesas incumplidas que han motivado que la actual firma de Reyval haya solicitado una nueva autorización para poder retomar de nuevo sus actividades.

Parece ser que en aquel 7 de septiembre del 2016, los altos cargos de Compromís viajaron hasta la capital de l’Alcalatén para disfrutar de la Vuelta y no para solucionar problemas. Y así lo reconoció en una reunión convocada la semana pasada el actual alcalde, el Sr. Falomir, diciendo que todo sigue igual y que de lo prometido en aquella reunión no se ha hecho nada de nada.

¡Qué poca vergüenza!

*Concejala del PP en l’Alcora