Hace unos días oí a alguien decir: “Desde que gobierna Rajoy tenemos 5 millones de parados y la economía está hecha un desastre”, y lo cierto es que la ironía es tan cierta, como triste. No han pasado ni 100 días desde que el Partido Popular ganó por mayoría absoluta las pasadas elecciones y algunos ya le responsabilizan de la situación de crisis que vive España. De oportunistas ha habido siempre en la vida, pero en los tiempos que corren es bastante preocupante que los que en teoría deberían estar arrimando el hombro para trabajar por la recuperación, sean los mismos que estén arengando a las masas con consignas como “ganaremos en las calles lo que no ganamos en las urnas” o cosas similares.

Si estamos tan mal como estamos no es por las medidas de ajuste que ha tomado el Gobierno de España. Más bien al contrario, nos hemos visto obligados a tomarlas por encontrarnos en una situación crítica. Pero a algunos les conviene ocultar tras las pancartas, las manifestaciones y los conflictos en la calle, una nefasta gestión política, cuando hasta hace solo unos meses demostraron ser incapaces de evitar el hundimiento del país.

España necesita dos cosas: responsabilidad política y medidas efectivas. Necesitamos dejar de ser espectadores de esta tragedia social para empezar a tomar nuestras propias decisiones. Pero por desgracia, a pesar de que el sentir general de la población está muy lejos de las consignas revolucionarias, hay quien todavía cree que el fin justifica los medios. Esas mismas personas saben, tan bien como nosotros, que no tenemos alternativa. Pero quieren hacer leña del árbol caído, intentando ocultar, inútilmente, la sierra que todavía sostienen en sus manos. Estoy seguro de que la mayoría de la población comprende que estamos haciendo lo que debemos hacer, porque la mayoría de la población lleva años buscando sus propias salidas en una situación muy difícil y para ellos el conflicto en la calle y las políticas incendiarias tampoco son el camino para nada. H