Ha costado mucho recuperarse de la crisis económica que provocó la negación de la crisis y el posterior desgobierno de la izquierda; ha sido un trabajo titánico de la sociedad española volver a la senda del crecimiento y la recuperación económica. En los dos últimos años se han creado más de 1 millón de puestos de trabajo, el Gobierno central ha entregado a la Generalitat Valenciana en este año 2017 más de 850 millones de euros adicionales para que se inviertan en educación, sanidad y políticas sociales y el Ministerio de Fomento está recuperando la capacidad de inversión como vemos en el corredor mediterráneo, las obras en la N-232, la reactivación de la A7, etc.

Y cuando todo ello está en marcha, cuando el turismo crea empleo y los datos apuntan a récords históricos, llegan gobiernos locales y asociaciones vecinales instaladas en la radicalidad y empiezan a promover campañas contra el turismo, los sindicatos lideran el intento de colapsar uno de los principales aeropuertos españoles como es El Prat y se extienden las amenazas de huelga en sectores turísticos clave.

No nos engañemos. En España, como hemos visto en otras ocasiones recientes, nada es casual. Hay a quienes les interesa que el país no se levante, que las cifras del paro suban como antaño, que la miseria sea la norma porque de esta forma su discurso tiene posibilidades de extenderse para que ellos alcancen el poder.

Es el momento de decir alto y claro que determinadas campañas contra sectores productivos no son casuales y ante ello el resto de la sociedad debemos alzar nuestra voz y decir que en política no todo vale y que la izquierda que ocasionó la crisis no puede ahora, con sus campañas y huelgas injustificadas, volver a meternos en ella.

*Diputado provincial