La semana pasada, tras esperar pacientemente un mes y medio, la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, asistió a una reunión con el presidente de la Generalitat para proponerle un pacto educativo y que no se sintiera maniatado por el sectarismo de Compromís. Son demasiadas las veces, por no decir todas, en las que Sr. Puig da la callada por respuesta y deja hacer y deshacer a sus socios de gobierno sin pedirles explicaciones.

No es posible que a estas alturas, después de todos los líos que se han montado, de todos los recursos judiciales interpuestos por miembros de la comunidad educativa, después de que más de 300.000 personas hayan salido a la calle, aún no sepamos qué es lo que piensa el president. Yo entiendo que es muy cómodo salirse siempre por la tangente, pero hasta aquí llegó la riada, es el momento de que decida si prefiere ponerse al lado de las familias y sus derechos o enfrente. Se le ha tendido la mano desde la lealtad institucional y la responsabilidad, no tiene por qué seguir apoyando políticas radicales. El Sr. Puig tiene que sentirse libre a la hora de tomar decisiones que favorezcan a toda la sociedad valenciana.

El president tiene que empezar a exigir responsabilidades políticas. Es intolerable que no censure la insumisión de Marzà o las declaraciones de Oltra cuando acusó a los jueces de politizar la justicia tras los autos del TSJCV, retándoles a que se presentaran a las elecciones. ¿Nos hemos vuelto locos? Esta mujer se fumó en pipa la independencia del poder judicial y las garantías que proporciona el Estado de Derecho.

LO QUE ha hecho Compromís en los dos años que está al frente del área de educación no tiene nombre: han apartado a la inspección para no tener que justificarse ante nadie, suprimen las evaluaciones internas y externas para no tener que rendir cuentas, incumplen los autos judiciales, desobedecen leyes orgánicas, incumplen la Constitución y el Estatuto de Autonomía.

Y mientras el sector educativo está patas abajo, los diputados socialistas se dedican a decir que no les gusta que a la Comunitat Valenciana se le conozca como el Levante Español. A los señores no les gusta lo del Levante Español, supongo que por lo de español, pero no se les escucha chistar cuando se habla del País Valencià, es más, el PSPV lo utiliza como nombre. Sr. Puig, despierte, salga del letargo, reaccione. En una de las manifestaciones que se realizaron la pasada primavera la gente gritaba: «¡no volem, no volem, un ninot de president!», en sus manos está serlo o no.

*Diputada autonómica del PP