Los enfermos y discapacitados ya no tienen quien les cuide. Los recortes de la Ley de Dependencia están afectando ya de pleno a las personas que se encargaban de sus cuidados y que recibían una ayuda económica de unos 400 euros al mes por atender a sus familiares dependientes o discapacitados, y de las que el Gobierno se encargaba de cotizar. Mal momento para este sector tan sensible. Tanto es así que, por causa de los recortes, en Castellón se ha pasado de los 1.500 cuidadores que había en septiembre de este año, a los menos de 780 a finales del mes de noviembre. Esto viene a decir muy a las claras que más de 700 cuidadores han pasado en estos momentos en nuestra provincia a engrosar las cifras del paro.

Si en el ámbito de la dependencia se ha venido sufriendo en sus propias carnes los recortes continuos del Gobierno, solo faltaba ahora que el colectivo que dedicaba su tiempo a estas personas haya desaparecido prácticamente de la sociedad. La desprotección es ya un hecho en este eslabón más débil. Ahora la solución que se plantea no deja muchas alternativas en las familias afectadas, ya que con toda seguridad serán normalmente las mujeres las que deberán asumir, además, el cuidado de dependientes y enfermos. Los cuidadores han tocado a su fin.