Un político en su vida privada puede hacer lo que considere más oportuno, incluso puede elegir si exhibir o no sus pasatiempos en las redes sociales una vez deja sus obligaciones en el despacho y disfruta con amigos o familiares de su tiempo libre. ¡Faltaría más! Pero la gestión política no es un juego, ni las instituciones una peña de amigos. Lo mínimo que se le puede exigir a un político en su función pública es respeto por el cargo que ocupa y la Administración a la que representa.

Esta semana hemos podido comprobar cómo la alcaldesa de un municipio de esta provincia demostraba su espontaneidad tratando de comerse a un socio de gobierno en su despacho de la alcaldía. Que a ellos la situación les pareció la mar de divertida y así lo comentaron en las redes, pero a quienes creemos que el ayuntamiento no es un casal, ni un bar, nos pareció una exhibición más del poco respeto que tienen por la Administración Pública.

Un concejal de Nules también quiso hacerse el graciosillo, colgando una foto suya con gafas de sol y un cartel sin ninguna sustancia, con el que pretendía llamar la atención de los oyentes de un programa de radio. Al final, ahí está la clave: en llamar la atención.

Resulta triste que, para dar visibilidad a su gestión política, un concejal decida cogérsela a guasa. En parte comprendo al edil en concreto: como no tiene nada de calado de lo que hablar tiene que bromear, echarse unas risas a costa de las necesidades de su pueblo.

A los vecinos no les hace gracia alguna que su representante se dedique a hacer tonterías en público en vez de resolver problemas como el de los apagones recurrentes y continuados en la calle Cervantes cada vez que llueve. Cuando un problema se les viene encima hacen lo de la avestruz: esconden la cabeza bajo tierra, dejando el resto del cuerpo fuera o montan un sarao. Y, claro, disparan el dedo acusador apuntando a los de antes; dos años después seguimos siendo responsables de todo.

Pero eso es lo que pasa cuando a alguien solo le importa dar imagen, aunque no haya contenido. Dejen los jueguecitos para los patios de colegio y hagan su trabajo, que de eso hay poco.

*Concejal y presidente del PP de Nules