El AVE circula con un ancho de vía más estrecho que el ancho de vía tradicional en España. La exclusividad de las vías y los sistemas de seguridad establecidos, posibilitan que se puedan alcanzar velocidades más altas, imposibles de conseguir en las líneas convencionales. Este sistema está implantado entre Madrid y València, pero no en el trayecto que une a Castellón con València, aquí tenemos el denominado tercer hilo, donde nuestro AVE de segunda tiene que sumarse al tráfico de Cercanías, mercancías y trenes de media y larga distancia.

El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, y el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, tuvieron que sufrir en sus propias carnes el día de la inauguración el primer retraso que auguraba lo que predijimos desde Ciudadanos, una semana llena de incidencias y retrasos. Rajoy llegaba más de 20 minutos tarde, pero días después pasajeros tuvieron que ser trasladados a un Cercanías para llegar a su destino. Hay un dicho popular que resume lo que nos han estado vendiendo los señores del PP: «aunque la mona se vista de seda, mona se queda». Aunque en el AVE que nos han traído ponga AVE, si no circula a velocidad de AVE y no tiene su vía especial, simplemente no es un AVE. Y es que no supone ninguna mejora respecto al Euromed, salvo no hacer trasbordo en València para llegar a Madrid.

En Cs lo llevamos advirtiendo meses al Gobierno, con declaraciones públicas y preguntas en el Congreso para que llegara el AVE en unas condiciones dignas. Una vez más, Castellón se queda atrás y tiene que ver como miembros del PP aplauden las improvisaciones y las inauguraciones de infraestructuras que cuestan un dineral pero que no fueron planificadas con cabeza. Esta vez, la gran espera no mereció la pena.

*Diputada de Ciudadanos en el Congreso por la provincia de Castellón