Dice la Biblia que "a cada día le basta su pena" y el ateo Marx traducía por "la historia se plantea en cada momento sólo las cuestiones que puede resolver". La píldora del día siguiente es un buen ejemplo de una respuesta técnicamente sencilla al riesgo del embarazo no querido por parte de jóvenes que consumen sexo generosamente en una sociedad tan permisiva como la nuestra. Sólo hace falta que el sistema sanitario facilite las cosas.

Aunque la píldora es eficaz en cualquier cuerpo humano femenino, parece que si su titular es inmigrante el progreso no les alcanza. "Este sector --dicen los expertos-- utilizan métodos sin garantías". Esto es, viejos remedios que ponen en riesgo sus vidas. La miseria y la ignorancia siguen dividiendo y decidiendo entre vida y muerte.