Creo que el socialismo español y valenciano vive circunstancias trascendentales. Dos grandes corrientes de electricidad política deben confluir para aprovechar adecuadamente un nuevo escenario de oportunidades. La primera de ellas no es otra que la nueva etapa tras las primarias federales. Además de una gran cura de humildad, es una certeza indudable el rearme anímico e ideológico de un partido más que centenario que acusaba fatiga, como el conjunto de la socialdemocracia europea. La situación política que vive España es muy compleja y un partido socialista en la cuneta y camino de la irrelevancia era un lastre para el conjunto de los intereses generales del país. En los momentos cruciales no puedes permanecer ausente ni disminuido. Este partido, con Pedro Sánchez, tiene otra oportunidad porque es el secretario general de todos y de todas.

La segunda afirmación positiva cumple dos años de vida. El gobierno de la Generalitat y de muchos ayuntamientos de la Comunidad Valenciana. Este partido lidera, cogobierna y codecide sobre la inmensa mayoría del municipalismo. En las tres capitales, pequeñas, grandes y medianas ciudades, tras 20 ó 24 años cruzando desiertos, volvemos a transformar las cosas guiados por valores distintos, agendas nuevas, oxigenando la vida pública. Ciertamente, en un mundo nuevo cuyas claves son distintas. Desde la propia composición de los acuerdos de gobierno que exigen --afortunadamente-- la superación de toda arrogancia, la exigencia de inventar una nueva gobernanza en la era postgurtel, la gestión de la carestía con eficiencia o muerte, etc. Todo parece indicar que la valoración social del Consell disfruta de una aceptación considerable. Queda mucho por hacer y los nuevos gobiernos tienen el desafío de ser diferentes. Nunca se invierte lo suficiente en responsabilidad, eficacia y humildad. Estas, para mí, son las premisas de la llamada nueva política. Quizá no es tan nueva ni exclusiva de nadie pero sí sé que no abundaban demasiado y no se alcanzan por decreto. Cada día una reválida.

Si Pedro Sánchez reinicia la historia para alcanzar la Moncloa, aquí el presidente Ximo Puig reinició otra historia, no menor, para llegar al Palau. No hay palabras sencillas para explicar la complejidad del camino, pero ahí está. Liderando un renacimiento de las instituciones valencianas y reposicionando nuestra Comunidad en otras coordenadas de credibilidad y prestigio. Mi responsabilidad orgánica acaba aquí. Mayor que la merecida realmente. Pero tengo muy claro que Puig debe continuar y dispone de todo mi apoyo. Nunca he confundido la lealtad con el servilismo porque siempre he intentado respetar a mis referencias políticas. Claro que he discrepado. Pero, como en la vida, el respeto ha de guardar buena relación con las discrepancias puntuales, que suman y enriquecen. Incluso nos hacen mejores. Quiero decir que no he conocido a un socialista que merezca tanto ser el secretario general y presidente del Consell como Ximo. Otro Joaquín, Sabina, diría que sobran los motivos. No sé si sobran o faltan. Son los que son. Hoy por hoy, nadie ha hecho tanto, entregado tanto, integrado tanto, peleado tanto y logrado tanto como él. Mis respetos.

*Secretario General Provincial del PSPV-PSOE