Este mes de octubre pasará a la historia de Burriana por la pérdida de unos terrenos en el Arenal que nunca deberían haber pasado a manos privadas. El Estado subastaba el pasado 25 de octubre una parcela de 16.600 metros cuadrados. Una operación que PSPV y Compromís conocieron con la suficiente antelación como para comunicarlo a la oposición y crear un frente común en defensa de nuestra ciudad.

Sin embargo, a la falta de transparencia se sumó la querencia por los sillones. La alcaldesa y su mano derecha de Compromís se limitaron a reclamar el terreno por carta y llegado el día de la subasta del suelo, ni siquiera pujaron por la parcela porque en su opinión, el suelo era municipal. Burriana perdió una parcela que es hoy propiedad de una empresa privada, la única que se presentó a la convocatoria, la que se quedó el Arenal a precio de saldo. Y mientras PSPV y Compromís siguieron abonando los despachos. Lo hicieron pese a que Burriana tiene capacidad económica sobrada para, si es necesario, acudir a un préstamo para garantizar que el patrimonio público sigue siendo de nuestra ciudad.

Desde hace más de dos años nos ahorca una soga que a cada día que pasa hace más firme nuestra condena. La que estamos sufriendo todos los vecinos por la incapacidad de tres partidos que gobiernan descoordinados. Nunca los vecinos fueron prioritarios. Solo fue un mensaje que hoy se convierte en humo. Nunca Burriana fue el objetivo, solo el medio a través del cual alcanzar intereses personales.

Y esta condena la estamos pagando día a día. Llevados por la deriva de un proyecto ciego, el que nos niega el futuro. La falta de visión política, de capacidad de gestión, de administración de oportunidades. La que nos impone la soga que nos ahorca día a día en Burriana.

*Portavoz del PP en Burriana