Jaime Giménez Arbe, apodado El solitario, está siendo juzgado estos días en Castellón, debido a un atraco perpetrado en la Vall d’Uxó, siendo acusado de tres delitos de homicidio en grado de tentativa y robo con violencia. El solitario, tan soberbio como petulante, saludó con efusividad a la prensa y a los allí presentes, y exigió una atención total a su relato de los hechos el día de autos. Acabada la confesión, cargada de egolatría y egocentrismo, emplazó a todos a que leyeran su libro.

Giménez Arbe es frío como el hielo, detallista, meticuloso, narcisista e histriónico. Él suna noción sobrevalorada de sí mismo, pensando que es tan astuto y profesional que es incapaz de cometer errores. Los psicólogos forenses sostienen que no padece ninguna psicopatía, a pesar de que tiene una marcada tendencia a la negación de problemas y debilidades, además de ofrecer una imagen de autosuficiencia y autocontrol. No es un simulador, sino que su trastorno de personalidad lo convierte en histriónico, llevándole a realizar actos teatrales y a tratar de ser el mejor en todo. Este desorden de la personalidad se caracteriza por un patrón de excesiva búsqueda de atención que los convierte en personas con una necesidad de realizar apariciones inapropiadas y llamativas,. Con tendencia al hedonismo, son egocéntricos y poseen una gran habilidad social que suelen utilizar para poder manipular a la gente. Todo un personaje. H

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)