Porque en política no todo vale y, porque al final todo acto tiene sus consecuencias, el pleno del pasado lunes sirvió para dar el primer gran toque de atención a un alcalde que aboga por gobernar a golpe de imposición y de espaldas al ciudadano. Por primera vez en esta legislatura ha tenido lugar un hecho que esperemos cambie el rumbo en la manera en que Compromís y sus socios gobiernan el Ayuntamiento.

Las primeras notas discordantes dentro del tripartito, unidas a los pocos detalles e información que ha habido sobre los cambios que contempla el nuevo PGOU, que entre otras cuestiones reduce el uso de suelo industrial, lo que supone un tiro en el pie para aquellas empresas que deseen instalarse en el municipio, recorta suelo urbanizable residencial de forma drástica en la pedanía de la Foia, elimina el cinturón verde que separaba el suelo industrial del urbano residencial en el Pla del Sol y afecta también a La Pinosa, todo esto sin contar con los vecinos, obligó a Garcia a retirar la propuesta, dada la falta de apoyo en otros partidos más allá del rechazo del PP. Empieza a volatilizarse así la buena sintonía entre aquellos partidos que suscribieron un pacto con el único fin de arrebatar el gobierno al Partido Popular y esperamos que esta fractura en el seno del tripartito venga acompañada de una nueva etapa en la gestión marcada por el diálogo y la participación. Desde el PP ya solicitamos la convocatoria de la Comisión de Seguimiento del Plan General en la que se nos expliquen al detalle los cambios porque por responsabilidad no vamos a ser cómplices de un documento que puede acabar lastrando el futuro de todos los alcorinos, igual que tampoco vamos a avalar la gestión de un alcalde cuyos excesos y caprichos ha dejado las cuentas con solo 1.400 euros de superávit, calderilla comparada con los cerca de un millón de euros que dejó el PP de superávit en su último año de gobierno.

*Concejala del PP en l’Alcora