Si haces cosas, suceden cosas. Sencilla, pero inapelable la lógica que encierra esta frase. La escuché a un grupo de emprendedores en la clausura de un curso que organizamos para directivos del sector turístico. Su significado alcanza todos los ámbitos de la vida, pero permanezcamos en el de la formación turística. Estos días han aportado algunas pinceladas de nuestra visión de las cosas. Diversos municipios, con mayor o menor tradición en este ámbito de la economía han residenciado programas para la cualificación del capital humano.

En este último año, la Comunitat Valenciana se ha convertido en la autonomía donde más ha crecido el número de servicios vinculados a procesos que otorgan certificados de calidad. Programas de cualificación que tal vez no tengan un retorno económico fulminante, pero que a medio plazo constituyen el mejor pasaporte para sobrevivir y despuntar. Hemos consolidado y reforzado destinos con tradición e incorporado nuevos municipios que abrazan la cultura de la calidad como una clave para su reinvención y reposicionamiento en los mercados.

Al sistema integral de calidad del destino turístico, hemos sumado la campaña de formación de la hospitalidad mediterránea y las jornadas de autor en los centros de desarrollo turístico. Cuarenta estrellas Michelin recorrerán nuestra red de centros y otros municipios para reforzar la docencia en cocina, sala, repostería y sumillería. De esta forma, tenemos en marcha líneas de capacitación y mejora profesional que no se dan en ninguna otra comunidad autónoma. Nuestro empeño, con los recursos disponibles, no es otro que forjar un modelo de formación de profesionales que aliente constantemente nuestras ventajas competitivas. Y estas, evidentemente, son las personas.

El principal activo de todo modelo económico que se precie deben ser las mujeres y hombres en formación --a lo largo de toda su vida laboral-- y reconocidos por toda la sociedad en la plenitud de su dignidad. La economía del turismo y del ocio requerirá remover y superar muchos prejuicios. Uno de los primeros, la propia percepción que se tiene del valor de estos oficios. Será fundamental alcanzar grandes acuerdos para la consolidación de un marco de relaciones donde los sueldos, la estabilidad y la formación permanente, sean un pilar intocable del sistema. Si el turismo es la primera industria de esta Comunitat no se puede exigir menos.

En esa línea debemos, efectivamente, hacer cosas para que sucedan cosas. Estos días hemos visitado la vieja y abandonada Fábrica Giner ubicada en Morella para ver la evolución de las obras de rehabilitación. Un proyecto que anunciamos al comenzar este ciclo democrático y que ya avanza. Reinventamos ese espacio para reconvertirlo en un centro de turismo e innovación del mediterráneo rural. Desde nuestra comarca de Els Ports se ofrecerá formación, conocimiento aplicado y aceleración empresarial para todo el modelo de turismo de interior de la Comunitat Valenciana. La mayor inversión de toda la legislatura. Los atributos de la calidad en estado puro: innovación, transferencia de conocimiento y gestión del talento. La transformación comenzará desde Castellón.

*Secretario autonómico de Turismo