Una de las estrategias del sistema patriarcal es deslegitimar el feminismo y proteger los privilegios de la masculinidad. Como, además, se ponen en cuestión temas sobre los que cualquiera se siente con derecho a opinar, resulta extremadamente fácil confundir los términos, mezclar conceptos y generar un estado de opinión en el que nada es lo que parece. Es el análisis de Octavio Salazar, feminista, profesor de Derecho en la Universidad de Córdoba y escritor, que acaba de presentar en Valencia su novela Autorretrato de un macho disidente junto a Carmen Alborch. Salazar y Alborch advirtieron de un rearme patriarcal como consecuencia del avance de las mujeres, de su independencia y autonomía. Asimismo indicaron que internet, las redes sociales y los medios de comunicación siguen siendo fuente de educación social para los jóvenes.

VISIBILIZAR la violencia machista, las violaciones, el acoso, ha situado estos delitos, que siempre han existido, en primera línea del debate público. Muchos jóvenes comienzan a identificar comportamientos machistas en su entorno, aprenden la importancia de respetar y valorar a las mujeres.

Pero frente a estos pequeños avances, hay un sistema acostumbrado a frenarlos. Los medios de comunicación demostraron que pueden ser conciencia y altavoces para el rechazo del machismo con la Manada. Pero tan solo vivimos picos de audiencia, intentos de ser conciencia social. Nada más. Hay medios que han tomado partido e informan con gran sensibilidad y empatía sobre las víctimas de la violencia de género, que apoyan los avances de las mujeres, que provocan la solidaridad en una sociedad silenciosa.

LAS CIFRAS de feminicidios son terribles. En el 2017 cerca de un centenar de mujeres fueron asesinadas, según los datos de la red feminicidio.net que contabiliza todo tipo de violencia mortal contra las mujeres. El pacto de Estado contra la violencia de género acaba de acordar que los juzgados contabilicen y actúen ante todo tipo de violencia de género, no solo en el ámbito de la pareja. Es un paso importante porque el actual Gobierno fija sus estadísticas solo en la violencia doméstica y el maltrato machista se produce en múltiples escenarios.

Pero este Gobierno del Partido Popular no parece tener intenciones de aplicar el pacto nacional, desde el «no nos metamos en eso» de Mariano Rajoy a la nula disposición de destinar medios y recursos económicos para prevenir y frenar este infierno.

Nos queda la esperanza de que los medios de comunicación generen conciencia como plataformas comprometidas de apoyo y denuncia.

*Periodista