Querido/a lector/a, hace unos días y posiblemente porque era una fecha en torno al Día Internacional de Tolerancia Cero con las Prácticas de Mutilación Genital, recibí un viejo video que sacado de la película Flor del desierto se ve a la top model y activista somalí Waris Divie, explicar su propia experiencia con lágrimas en los ojos y delante de un auditorio que representaba a la ONU, es decir, el dolor y el drama que significa para una joven africana la ablación del clítoris. Que dicho sea de paso, y aunque suene fuerte, pero por si alguien no lo ha entendido bien se trata de extirpar el clítoris con un gillette y coserlo-cerrarlo después, para que como prueba de pureza el marido lo abra la noche de bodas con una navaja o cortante rudimentario antes de penetrarla a la fuerza. Estamos hablando, pues, de sufrimiento, violación de derechos humanos, lesiones psíquicas y físicas, etc. Nos referimos a la historia que han padecido mas de 200 millones de niñas y mujeres africanas, a los 3 millones de niñas que sufren la ablación del clítoris cada año (en los 30 países de África y Oriente Medio que según la OMS practican esa aberrante tradición cultural) y a las 20 mil que anualmente piden asilo en la UE para escapar de este crimen.

¿Qué podemos hacer? Muchas cosas: unir nuestra voz y medios como ciudadanos, gobiernos o Estado a cuantos programas e iniciativas llevan a término las organizaciones e instituciones internacionales contra esa salvaje mutilación. Aquí, en España, y teniendo en cuenta que también hay mujeres, niñas y familias que proceden de países donde se realizan esas barbaridades, cabe informar, concienciar y educar a los ciudadanos…etc. y, si hiciera falta, aplicar el peso de la ley para acabar con esa tradición milenaria. En todo caso, no olvidar que en ese mundo hay seres humanos más víctimas que verdugos y que la inmigración es una relación entre personas que aporta riqueza a la sociedad.

*Analista político