Han pasado tres años desde que la ciudad de Castellón fue llamada a las urnas para escoger el nuevo Gobierno municipal. Aquel 24 de mayo de 2015 fue el día del cambio. Las opciones progresistas sumaban el número de votos para desplazar a la derecha tras 24 años en el poder y se abría un nuevo tiempo en la política local, un tiempo de esperanza, confianza e ilusión. El Pacte del Grau concretó las ansias de futuro de PSPV, Compromís y Castelló en Moviment y se convirtió en un acuerdo de gobernabilidad con voluntad de modernización de la ciudad. Visto de la perspectiva de hoy, podemos decir que el objetivo que se pretendía lograr se ha ido desarrollando con energía y que Castellón avanza, Castellón va a mejor.

Transformar una ciudad es una tarea compleja que no se puede concretar en un solo mandato. Eso es cierto, pero hay que reconocer que los principios que recoge el Pacte del Grau han estado presentes en todas las decisiones del Gobierno municipal. El porcentaje de cumplimiento de las 400 acciones incluidas en el documento es alto y alcanzaremos 2019 con un alto grado de satisfacción en los grandes y pequeños proyectos y acciones diseñados para el nuevo Castellón.

Castellón ha cambiado en las formas y en el fondo. El Ayuntamiento ahora es plenamente transparente y la ciudadanía tiene acceso a toda la información que antes se escondía. La relación con la ciudadanía es más fluida y sin el control político que imponía el anterior Gobierno. Pero el gran cambio ha estado en la dinamización social y cultural, en la potenciación de las políticas sociales, en los planes de empleo que han contribuido al descenso del paro, en el recorte de la deuda y la congelación de impuestos, en los planes de infraestructuras que están renovando la fisonomía urbana, en los nuevos eventos turísticos, en la participación ciudadana permanente en los grandes proyectos de ciudad, en la normalización y racionalización de las contrataciones, en la austeridad de la Alcaldía y del Gobierno municipal… El balance es satisfactorio, aunque la autocrítica nos exige mucho más.

El Pacte del Grau es un gran programa de gobierno y con el paso del tiempo se observará la huella que dejará en Castellón. Es una percepción individual. No me atrevo a hablar por boca de toda la ciudad. Pero los comentarios que me trasladan las personas con las que me cruzo a diario por la calle son satisfactorios. Algunas esperaban más y nos reprochan que el cambio no sea más profundo y más rápido, pero están satisfechos de la ruptura con las políticas de la derecha; y otras eran escépticas y pensaban que no íbamos a ser capaces de cambiar la ciudad y ahora ven que estamos dando grandes pasos hacia ese nuevo Castellón que queremos.

Queda un año de mandato en el que han de concretarse proyectos muy importantes, como la aprobación del Plan General, las inversiones europeas de la estrategia Transforma Castelló, actuaciones de reforma urbana que están siendo adjudicadas ahora y la tercera reforma fiscal, que supondrá el descenso real y evidente en el recibo del IBI. En 2019 presentaremos el verdadero balance de gestión y la ciudadanía tendrá argumentos para decidir.

*Alcaldesa de Castellón