A pesar de haber estado afiliado casi toda mi vida a la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CS CCOO), incluso, habiendo trabajado en el Centro de Información de Trabajadores Inmigrantes (Citmi de CCOO), no conocía ni sabía quien era Unai Sordo. En todo caso, y por lo que he leído y me han comentado, sé que, posiblemente, será el próximo secretario general de las CCOO. Desconocimiento que no es extraño e incluso lógico: además de estar jubilado desde hace tiempo, durante mis últimos años de andanzas en CCOO ejercía de técnico contratado y no de activista sindicalista.

La cuestión es que, por diferentes motivos, casi todos únicos, originales, y que tienen que ver con esenciales asuntos (como su llamativa juventud, no venir de la escuela de la lucha antifranquista, no haber vivido la transición política, ser un hijo de una economía y de un modelo de empresa digital que nada tiene que ver con aquella economía que aglutinaba obreros entre cuatro paredes, su forma de haber heredado el poder al ser candidato propuesto por la dirección, etc.), quería conocer detalles de la vida y obra de Unai Sordo. Curiosidad que mantenía porque, a pesar de que sé que las cosas en CCOO funcionan por equipos, ser el secretario general de la primera organización sindical de España es tener mucho poder y, por lo tanto, capacidad de influir en cuestiones vitales que afectan al desarrollo del país. Por todo ello pregunté a amigos que lo conocían personalmente y, a la vez, busqué en internet. Al final, y como todo en la vida, el tiempo dirá. En todo caso, me ha parecido una persona que, aún sabiendo que el mundo cambia, es plenamente consciente de que un sindicato es una organización cercana a los trabajadores que tiene como objetivo la defensa de un cuadro de derechos y, aunque el tiempo no se presta al acuerdo, a ser posible desde el diálogo y la concertación. De momento, no es poca cosa.

*Experto en extranjería