Los españoles están cansados de desayunar cada día con un caso PP distinto. El partido en el Gobierno tiene cerca de 900 imputados, curiosamente todos sus tesoreros y muchos dirigentes autonómicos. Pero ¿saben a qué se dedica el presidente Mariano Rajoy? Pues a reunir a todos sus barones, no para pedir perdón y echar de sus escaños a los imputados, sino para trazar la estrategia contra Cs.

Pero el PP se equivoca; el enemigo no es Cs. El enemigo son ellos mismos y la corrupción que pudre su partido y que avergüenza a los españoles. Así, su primera y única medida de regeneración hasta ahora, léase la ironía, ha sido montar una comisión-show en el Senado para tejer una maraña de mentiras sobre la financiación de nuestro partido.

En Cs vamos a obligar al PP a cumplir con lo firmado en el pacto de investidura, empezando por apartar a los corruptos de sus filas. Dependerá de Rajoy, que España siga bloqueada o avance con unos nuevos Presupuestos Generales. Dependerá de Rajoy si prefiere a los españoles o a su senadora imputada. Para Cs no basta con condenar la corrupción, queremos que los españoles no tengan que pagar el pato del dinero robado. Así, queremos que los partidos sean los que se responsabilicen de este dinero a través de la responsabilidad patrimonial subsidiaria. Porque en Cs tenemos claro en qué bando queremos estar y es en el bando contra la corrupción y con los españoles. Otros, como el PP, prefieren el bando opuesto, con los suyos y contra los españoles.

En 12 años de historia, Cs no ha tenido ni un caso de corrupción en sus filas. Sin embargo, el partido de la Gürtel, Púnica, Lezo, Bárcenas y cajas B pretende sembrar dudas sobre el comportamiento de los demás cuando es incapaz de abordar su propia regeneración democrática.

*Diputada nacional de Ciudadanos por la provincia de Castellón