La ministra de Trabajo ha hecho unas declaraciones sobre los resultados obtenidos a finales del pasado año 2017. La desocupación es uno de los temas prioritarios que más preocupan a los españoles. La tasa de paro en nuestro país duplica la media europea y somos, junto con Grecia, el farolillo rojo, es decir los últimos.

En el 2017 el paro bajo al 16,5 % el índice más bajo desde el año 2008. Según la EPA (Encuesta de Población Activa), el número de parados ha bajado 471.100. Por otro lado, la creación de nuevos empleos ha sido de 490.300. Según Ceprede (Centro de Predicciones Económicas), la tasa de paro llegará al 15,6% al final de este año, es decir 3,5 millones de parados, siendo los picos de la gráfica los jóvenes y los mayores de 50 años.

Como siempre, hay que matizar que un alto porcentaje de los nuevos contratos laborales se han caracterizado por la temporalidad y sobre todo en el sector de servicios, por lo que no debemos considerar que este hecho nos dé mayor estabilidad a la recuperación laboral. Estos serían, a grosso modo, los datos estadísticos de lo que ha sido y de la que puede ser la evolución del paro en nuestro país, pero si nos fijamos en hechos que ocurren cotidianamente, veremos que la realidad supera a los números, por diversas razones.

En Madrid, 4.000 aspirantes hacían cola para optar a un puesto de trabajo en un hotel, para un total de 100 plazas.

En el caso de la oferta pública de empleo, aproximadamente 4.700 plazas de funcionario, el número de solicitantes es de aproximadamente 100.000.

Las empresas contratan con mucho cuidado y buscando el máximo rendimiento con la mínima inversión y, claro está, quienes obtienen los puestos de trabajo son los denominados desesperados, los que están al límite de no poder subsistir.

*PSPV-PSOE Castellón