Hace tres años me presenté a las elecciones con el eslogan Vila-real, primer. Y es para ello, para poner los intereses de nuestra ciudad por delante de todo, por lo que trabajo cada día. Esta semana hemos puesto en marcha el procedimiento para cumplir con otro de esos convenios heredados. Sin embargo, este obtuvo la unanimidad de todos los grupos políticos en 2010 y 2011, porque sin duda su contenido era bueno para la ciudad, aunque el gobierno del PP, que ahora exige y quiere dar lecciones a todos, nunca nos informó de nada.

Las hermanas dominicas, en un proceso de reagrupación tras muchos años de servicio a nuestra ciudad, se trasladaban al convento de Paterna, dejando libre una manzana céntrica y ligada a nuestro nacimiento como pueblo, en la que se ubica una de nuestras mejores joyas arquitectónicas, morada de nuestro venerado Cristo del Hospital, como es la capilla barroca.

El convenio, firmado por el anterior alcalde, finalmente fue materializado el 1 de junio de 2011, obteniendo en donación para el patrimonio municipal el convento. La iglesia, como lugar de culto, la asumía el Obispado, mientras que el huerto se convertía en uno de los jardines más importantes que esponjaba la ciudad y mejoraba su habitabilidad.

En cuanto al jardín, el convenio establecía que en el plazo de cuatro años, con una posible prórroga de dos, el Ayuntamiento debía conseguir solares para entregar a la comunidad de las Dominicas con el mismo valor. Si esto no era posible, se podía llegar a un acuerdo entre las partes para pagar en dinero, especie o ambas cosas.

El mismo procedimiento, el de la ocupación directa, es el que se utilizó para la construcción de los jardines de Botànic Calduch o Jaume I, la adquisición del Molí la Vila o los terrenos del José Soriano, y son estos empastres los que hemos heredado y nos toca gestionar. ¿Cómo obtenemos solares en nuestra ciudad para todos ellos? Necesitaríamos construir en Borriana o Almassora o hacer rascacielos como los que la justicia tumbó en el solar de Fritta.

Convenios imposibles, que especulaban con el suelo que no se tenía, que jamás vamos a poder tener, y cuyo proyecto paralizó la propia presidenta actual del PP, Isabel Bonig, en aquel entonces consellera de Urbanismo, por ser totalmente inviable.

Pero si bien tenemos derecho a quejarnos, tenemos la obligación de dar respuesta. Cuando el concejal de Territorio, Emilio Obiol, y yo explicamos tanto a las Dominicas como a sus representantes legales, cualquier otra solución que no fuera la de pagarles lo que hace siete años utilizamos era engañarles. Por eso, y ante su buena voluntad de aceptar el valor actual, hemos decidido dar solución a este convenio, abonando 4,3 millones de euros, la mitad de lo que en un primer momento valoró la tasadora oficial hace ocho años por toda la manzana, que ascendía a 8,7 millones.

Desde el equipo de gobierno queremos agradecer el trabajo la sensibilidad de las hermanas dominicas. Con el voto favorable y un discurso positivo y responsable de PSOE y Compromís, Vila-real avanza de nuevo. Por desgracia, los representantes del riesgo de ruina de esta ciudad, el PP, han vuelto a demostrar quiénes son con su abstención y un discurso destructivo.

*Alcalde de Vila-real