La Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) ha calculado que el sistema actual de becas, en vigor desde el curso 2012-2013 y en el que se exige una nota media de 5,5 para optar a una ayuda, está perjudicando cada año a unos 70.000 alumnos, por lo que reclama la reforma del modelo, que ha afectado ya a más de 200.000 potenciales becarios en todos estos años.

Así lo recoge el informe La universidad española en cifras, presentado ayer, donde subrayan que las modificaciones realizadas por el exministro de Educación, José Ignacio Wert, «han supuesto un estrechamiento del universo potencial de los universitarios que podrían acceder a las ayudas».

Los datos son especialmente preocupantes habida cuenta de que, aunque empiezan a reducirse, España mantiene uno de los niveles de precios públicos universitarios más elevados de Europa, señala el informe.

En concreto, los rectores ponen como ejemplo que en el curso 2015-2016, el 6,9% de los alumnos de nuevo ingreso en las enseñanzas de grado universitario resultaron «excluidos» de la posibilidad de solicitar una beca del Ministerio de Educación por presentar calificaciones inferiores a 5,5 puntos. Asimismo, sostienen que el 14,9% de alumnos, aunque tenían la nota para la beca, no era suficiente para poder beneficiarse de ayudas complementarias, en las que la puntuación media necesaria se eleva al 6,5.

MÁS, POR LA CRISIS

¿Cómo se explica, entonces, que el número de becarios haya aumentado? El vicepresidente de la CRUE, Juan Juliá, lo atribuye a la crisis, que ha hecho que el número de beneficiarios de ayudas pasara del 19 al 23%, aunque la cuantía media de las ayudas complementarias, «las que realmente garantizan la equidad», ha caído un 23%, dice.

Así, la financiación media por becario (2.649 euros) retrocede a niveles del curso académico 2006-2007, «muy lejos» de los 3.256 por becario que se registraba en el 2012-2013. «Los becarios se enfrentan a una mayor precariedad», apostilla el informe.

El acceso a estudios superiores en España sigue siendo (con un 47% en los grados y un 9% en los másteres) inferior a la UE.