Un enorme iceberg, de una superficie similar a la de la provincia de Girona, que se convertiría en uno de los 10 más grandes de la historia está a punto de desprenderse de la Antártida, según ha anunciado un grupo de científicos de la Universidad de Swansea (Gales, Reino Unido). No se trata de un efecto del cambio climático sino un fenómeno geográfico, pero podría agravar la subida del nivel de los océanos causada por deshielo del Ártico.

El iceberg se encuentra en el denominado sector C de la barrera Larsen, una plataforma alargada de hielo flotante ubicada en la costa oriental del polo sur, la que se acerca a la Tierra de Fuego Argentina. El pasado diciembre se detectó que la grieta que separa este sector del resto de la barrera estaba aumentando rápidamente. Solo un hilo de hielo de unos 20 kilómetros de largo mantiene el vínculo con el continente.

5.000 kilómetros // El iceberg mide unos 5.000 kilómetros cuadrados, con un espesor de 350 metros. Su extensión equivaldría a una cuarta parte al territorio de Gales. Para acercar el símil, podría decirse que el tamaño del gigantesco bloque de hielo se acerca mucho a la dimensión total de la provincia de Girona, de 5.900 kilómetros cuadrados. Un monstruo superado, eso sí, por el denominado B-15, un gigante helado que en el momento de desprenderse, también de la Antártida, en marzo del 2002, tenía una superficie 11.000 km². Los investigadores llevan muchos años observando la progresión de la grieta en el Larsen C, hasta ahora relativamene lenta. Concretamente, la siguen después de que colapsara el Larsen B, que se desintegró casi en su totalidad en 2002. La Larsen A se colapsó en 1995.

EL VERANO ANTÁRTICO // El verano antártico está acelerando ahora el proceso hasta el punto que la grieta ha llegado a crecer 18 kilómetros en tan solo solo dos semanas. La brecha es de unos 100 metros de ancho, pero se estima que alcanza el medio kilómetro de profundidad.

«Si este iceberg no se va en los próximos meses, estaré asombrado», ha declarado a la cadena británica BBC el profesor Adrian Luckman, de la Universidad de Swansea. Según ha explicado, los científicos pudieron observar el aumento de la grieta a través de imágenes de radar que ha emitido el satélite Esa Sentinel.

«Está tan cerca de la ruptura, que creo que es inevitable», ha añadido. Luckman ha subrayado que se trata de un acontecimiento geográfico y no climático, puesto que la grieta ha estado presente durante décadas.

Un iceberg de este tamaño puede causar problemas muy diversos a la navegación marítima aunque los precedentes indican que en pocas ocasiones se han desplazado hacia el norte, hacia América del Sur. Lo más probable es que se queden vagando por la Antártida durante años.

GLACIARES SIN BARRERAS // Lo que más preocupa a los científicos es la posibilidad de que, si se acaba desprendiendo el iceberg, los glaciares -ríos de hielo- aceleren su movimiento hacia el mar, lo que tendría un impacto en el nivel de las aguas de las costas de todo el mundo. La plataforma a punto de desprenderse ayuda a frenar el flujo hacia el mar de los glaciares que tiene detrás.

De acuerdo con estimaciones de los expertos, el nivel de las aguas globales -si el flujo de los ríos glaciares llegara al mar- podría terminar aumentando en unos diez centímetros. El año pasado fue el más caluroso de la historia, debido a los gases de efecto invernadero y el fenómeno climático El Niño que lanza calor desde el océano Pacífico.