La autopsia de la menor de 13 años asesinada la pasada semana en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) constata que murió asfixiada. Según informan fuentes cercanas al caso, el informe forense determina que la menor fue asfixiada, sin determinar si fue estrangulada o ahogada de otro modo.

Los médicos del Institut de Medicina Legal i Ciències Forenses, durante su examen, no han hallado indicios sólidos de que la niña hubiera sufrido una violación antes de ser asesinada. Aunque la autopsia sí recoge otros indicios que apuntan a que el crimen que cometió Juan Francisco López, el hombre de 42 años detenido por el asesinato de Laia, respondiera a un móvil sexual. El examen forense recoge que la menor tenía diversas lesiones de arma blanca perimortem --justo antes o justo después de morir--, que no fueron causa de la muerte, todas en la parte superior del cuerpo.

UNIDAD PSIQUIÁTRICA // López, tras pasar a disposición judicial, ingresó el viernes en la unidad hospitalaria psiquiátrica del centro penitenciario de Brians I en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona). Durante su declaración ante la jueza de Instrucción 1 de Vilanova i la Geltrú, el pasado jueves, López, que fue sorprendido con el cadáver de la menor escondido en una habitación de su casa, afirmó que no recordaba nada de lo sucedido y que solo cuando recuperó la conciencia se dio cuenta de que la niña estaba muerta. Durante esta declaración, el sospechoso se derrumbó y llegó a exclamar que no era capaz de saber si «era o no un monstruo».

Para hoy están citados en el Juzgado de Vilanova más de una decena de testigos, entre los que están los dos tíos de la menor que hallaron el cadáver en casa del detenido, la exmujer del principal sospechoso, tres vecinos y agentes de los Mossos y la Policía Local que actuaron en el caso. Las declaraciones comenzarán a las 9.30 horas y está previsto que duren toda la mañana, según fuentes jurídicas, y en los próximos días se pedirán nuevos exámenes psicológicos al detenido.

CORTO TRAYECTO // Laia, de 13 años, salió a las 19.00 horas de la casa de sus abuelos, en el 2ª primera del edificio, y se dirigía a la calle, donde la esperaba su padre dentro del coche. Para hacer ese trayecto, tuvo que cruzar por delante del 1º 1ª, la casa en la que López se encontraba solo dado que su padre estaba en el hospital junto a su mujer --que fallecería horas después--. En ese instante, el hombre debió de coger por la fuerza a la menor para obligarla a entrar en su domicilio.