La boda entre el cura de un pueblo de Verona junto a su marido va camino de convertirse en una de las bodas del año en Italia. Se trata de Don Giuliano y Paolo, una pareja homosexual italiana que ha roto las condiciones entre el amor y la religión afirmando: "Nuestro amor es un amor en Dios. Lo que hace maravilloso nuestro amor es que no somos dos, somos tres".

Giuliano Costalunga, de 48 años, era hasta hace dos años el sacerdote de Selva di Progno e Giazza, un pueblo pequeño al norte de Verona. Junto a Paolo, empezaron una nueva vida en Maspalomas, Gran Canaria, donde se casaron el pasado 28 de abril. Llevan casi un año viviendo juntos y les siguen persiguiendo algunos comentarios maliciosos. "Dicen que nos hemos fugado aquí para ocultarnos", se lamentaba el antiguo párroco. "Incluso han dicho que nos hemos cambiado los nombres por los de Julián y Pablo para que no nos reconozcan".

Una historia sin fuga ni engaño

Al contrario de muchos que quieren ensuciar su historia, esta relación nace hace unos años, cuando Giuliano conoció a un chico de Nápoles, Paolo, durante su recuperación de un cáncer en el hospital. Entre cafés y charlas varias "la amistad se transformó en amor" afirmaban. "En cuanto entendí que lo amaba, dejé la parroquia, comencé a vivir con él y aunque no tenía parroquia seguía siendo cura y decía misa de vez en cuando en iglesias que me llamaban, explicaba Giuliano.

El 8 de febrero don Giuliano escribió al obispo de Verona para decirle que renunciaba a seguir ejerciendo de sacerdote porque iba a casarse con Paolo, el joven que tiempo atrás le había ayudado en la parroquia. "He dejado el ministerio sacerdotal con dolor, porque yo creo que un hombre cree en Dios y ama Jesús puede ser un buen cura, que dice la palabra de Dios, que la vive..." explicaba Giuliano. "Pero claro, la Iglesia católica no lo permite, así que para mí no era posible continuar".

Ni Giuliano ni Paolo han huido de su país para esconderse de nada, han decidido mudarse a Gran Canaria porque la reconocen como una referencia de los derechos de la comunidad homosexual, donde su matrimonio es tan matrimonio como los demás, no como les ocurre en Italia.

Amor sin etiquetas

Costalunga echa mano de su formación como teólogo para recalcar que Jesús habló de amor sin etiquetas. "Habló de amor, no de amor homosexual, heterosexual, transexual... Habló del amor en su totalidad", argumentaba, para después reconocer que espera que su historia con su marido Paolo ayude a otras personas que viven con dificultad su homosexualidad, tanto dentro como fuera de la Iglesia.

Ahora Paolo y Giuliano intentan integrarse en la sociedad de Gran Canaria, "Es una isla maravillosa, la isla de la eterna primavera. Aquí percibimos la dignidad de la persona, el respeto, la libertad de uno que termina donde empieza la libertad de otro. Donde podemos celebrar el amor con normalidad", concluye.