Bryan Cranston está a punto de despedirse de su personaje Walter White, el antiguo profesor de Química de 'Breaking bad' que se transforma en un gran padrino de la droga. Con la serie en su quinta y última temporada, Cranston reflexiona sobre el éxito de una historia compleja, que le ha valido tres Emmy consecutivos como mejor actor.

--¿Es este el mejor papel de su carrera?

--Es el mejor papel que he tenido nunca, porque ofrece una variedad muy grande de registros. Al principio Walter es alguien que inspira simpatía. Es un hombre deprimido que trata de hacer lo que cree correcto. Es una buena persona que ama a su familia. Después, poco a poco, presionado por las circunstancias, se transforma en un ser de moral ambigua, hasta quedar completamente dominado y seducido por la avaricia y el poder. Para un hombre, tener la capacidad de intimidar a otro individuo es un signo de poder. Tener por primera vez un montón de dinero le hace sentirse poderoso. Saca pecho. Y como actor, está claro que es el papel de mi vida.

--Cuando le enseñaron por primera vez el proyecto, ¿creyó que la serie funcionaría o tuvo dudas?

--La primera vez que leí el guion pensé que era una historia fantástica, compleja, ambigua, que pone a prueba lo que la gente siente y piensa. Pone a prueba la lealtad y todo tipo de cosas. Sabía que nunca iba a ser una serie para las masas. Pero si estoy hablando aquí, es porque creía que la historia era buena.

--El éxito de 'Breaking bad' ha sido enorme, ¿a qué cree que se debe?

--Para mí es un tipo de historia que no suele darse demasiado en la televisión. Es una serie muy especial, para gente que busca algo diferente. 'Breaking bad' representa un cambio. A veces hace sentirse mal, a veces se aventura en territorio desconocido. Al final, lo que hace es decir honestamente que cualquier persona puede dar un vuelco a su existencia, que en determinadas circunstancias todo el mundo puede cambiar por completo y pasar de ser una buena persona a convertirse en un malvado.

--¿Y esa transformación le puede ocurrir a cualquiera?

--Creo que sí. Cada ser humano ha nacido con el potencial de inclinarse hacia el bien o hacia el mal, dependiendo de las influencias que reciba, de cómo te eduquen tus padres, del ambiente que te rodea. El egoísmo y el egocentrismo es parte de la naturaleza humana y es la educación cívica, el contacto con los demás, lo que nos ayuda a controlarnos y a comportarnos en sociedad.

--Su personaje se transforma completamente debido al cáncer y a otras circunstancias.

--Es una acumulación de circunstancias las que le fuerzan a ser malo. El haber perdido oportunidades en su vida, por ejemplo. Cuando era muy joven, le habían dicho, «eres muy inteligente», «puedes lograr lo que quieras» y eso le llevó a tener miedo al fracaso. Es alguien que no tiene dinero y en el sistema sanitario americano eso es un problema. Tiene, además, un hijo con necesidades especiales y debe pluriemplearse. Está deprimido. Tiene cáncer y sabe que va a morir en un plazo de dos años. Todas esas circunstancias le llevan a emplear sus conocimientos de química, para convertirse en un proveedor de drogas y ganar el máximo dinero que pueda para su familia, antes de morir. Pero cuando se mete en ese mundo, se da cuenta de que no está preparado para la vida criminal. La situación se le escapa de las manos y los espectadores le acompañan en esa bajada a los infiernos.

--Esta y otras series están protagonizadas por enfermos que sufren de cáncer. ¿Eso hace que la gente se identifique con lo que le pasa al personaje?

--No creo que haya ningún adulto en el mundo que no haya tenido en su círculo de familiares o amigos a alguien con cáncer. Todo el mundo conoce a alguien que lo ha sufrido o ha tenido que ver con la enfermedad de una manera u otra. Desde el punto de vista de la historia, esa circunstancia hace que la gente sienta interés inmediatamente, porque es algo que les toca de cerca. Acabo de pasar algún tiempo con un chico que sufre un cáncer en fase terminal. Tiene 16 años, le encanta la serie y ha resultado ser para él una experiencia terapéutica. Ha visto que Walter estaba pasando por lo mismo que él. Es un chico estupendo y está aceptando la idea de que su vida se está acabando. A veces olvidamos nuestra fragilidad, que nuestras vidas van a acabar y esta serie te recuerda todo eso.