Una juez de Madrid ha ordenado la exhumación del cadáver del pintor Salvador Dalí y la obtención de muestras de su cuerpo para la práctica de la prueba biológica de determinación de la paternidad de Pilar Abel, una gerundense que presentó una demanda para ser reconocida como hija del artista. Según la demandante, el artista tuvo relaciones sexuales con su madre en 1956, mientras esta trabajaba como empleada doméstica de una familia que veraneaba en Cadaqués. Un tipo de actividad aproximación que no cuadra con el gusto por el onanismo y el vouyerismo que caracterizaban al parecer la vida sexual del pintor.

La Fundació Dalí ha declinado hacer cualquier declaración pero avanza, en un comunicado, que su servicio jurídico interno, junto con el despacho Roca Junyent y en coordinación con la abogacía del Estado, está preparando un recurso «para oponerse a la práctica de esta exhumación».

Según indica en un auto la juez encargada del caso, «es necesaria la prueba biológica de investigación de la paternidad de Maria Pilar Abel Martínez respecto de D. Salvador Dalí Domenech», al «no existir restos biológicos ni objetos personales sobre los cuales practicar la prueba por el Instituto Nacional de Toxicología». La magistrada ordena, en este sentido, que se libre un exhorto al Juzgado de Figueres (Alt Empordà) para que, por el médico forense adscrito al mismo, se proceda a la extracción de muestras del cadáver del pintor y sean remitidas al Instituto de Toxicología, al que corresponde la investigación.

Inicialmente, en el proceso iniciado el pasado mes de noviembre en el juzgado de primera instancia número 11 de Madrid, se había planteado la posibilidad de extraer una muestra de una máscara mortuoria, contemplando la exhumación del cadáver como segunda posibilidad para obtener material genético comparable con el de la demandante.

Las partes demandadas en el proceso son los titulares y gestores del legado de Dalí: el Ministerio de Hacienda y la Fundació Gala-Dalí. Pilar Abel reclama, en caso de que se confirme la paternidad, parte de la herencia que el pintor legó al Estado español, incluyendo los derechos de autor.

Pilar Abel presentó hace años otra querella contra el escritor Javier Cercas, pidiendo una indemnización de 700.000 euros por considerar que Conchi, uno de los personajes de Soldados de Salamina, una tiradora de cartas de la televisión local de Girona, estaba inspirado en ella misma, ya que compartían ocupación, nombre artístico y características físicas (tacones y rubio oxigenado). La demanda fue desestimada.