Miles de científicos salieron ayer a las calles con motivo de las marchas por la ciencia de las principales ciudades españolas --entre ellas, València y Alicante-- para exigir que el conocimiento científico esté en el centro de las decisiones políticas, así como más inversión en investigación, una partida que ha caído el 35% desde el año 2009.

Bajo el lema ‘Sin ciencia, no hay futuro’, las principales manifestaciones recorrieron los centros de Madrid, Barcelona, Sevilla, Girona, Valladolid, Granada o Bilbao con el apoyo de 200 instituciones científicas, además de los sindicatos, las asociaciones de estudiantes o la conferencia de rectores de las universidades.

Las protestas forman parte de un movimiento global al que se unieron cerca de 500 ciudades de 100 países para mostrar la preocupación de la comunidad científica ante la ola de políticas anticiencia y el intento de erosionar la imagen de los investigadores.

PRESUPUESTO // «En cada país la manifestación reivindica los problemas específicos y en España el problema es obvio, tenemos unos presupuestos agresivos contra la investigación científica que no revierten la tendencia negativa de los últimos diez años», afirmó el investigador del CSIC y promotor de las marchas en España, Emilio Criado. «No podemos volver a salir de la crisis con el ladrillo que nos llevó a ella y con empleo de ínfima calidad», argumentó.

En los manifiestos leídos en las protestas, se recordaron datos como que España ha perdido más de 10.000 investigadores y 20.000 empresas innovadoras entre los años 2010 y 2016, algo «preocupante» en un país donde el nivel de paro de los menores de 30 años es superior al 50%.

Entre los lemas que podían leerse estaban ‘La ciencia es futuro soberano, el turismo y el ladrillo son futuro sometido’, ‘Sí hay dinero para investigar, está en Suiza’, ‘Ni exilio ni esclavitud: Basta ya de precariedad laboral’, o ‘Por una sociedad basada en la investigación y el conocimiento’. En cuanto a las soluciones reclamadas por los manifestantes, destacó el cumplimiento de los planes nacionales de I+D en sus convocatorias y plazos, reclamando la entrada en vigor del plan estatal de ciencia y tecnología del 2017.