Samira Ibrahim, la joven que se atrevió a llevar ante un tribunal a la Junta Militar egipcia por haberle hecho una “prueba de virginidad” tras una protesta, ha animado a más víctimas de estas prácticas a declarar ante una corte castrense. “He convencido a otras tres chicas cuya virginidad fue examinada por los soldados a que no tengan miedo y a que vayan conmigo al tribunal militar para declarar”, dijo Ibrahim a EFE.

Ha pasado casi un año desde que a Ibrahim, de 25 años, la llevaron el 9 de marzo de la plaza Tahrir a una cárcel militar, donde le hicieron un test para ver si era virgen, pero el tiempo no le ha hecho perder su insistencia en que se procese a los militares. Ella y otras 16 mujeres fueron arrestadas por ir a una manifestación. H