La llamada que el domingo realizó una adolescente a la policía del condado de Riverdale, en California, ha abierto las puertas a una casa de los horrores: una residencia familiar donde los padres de la menor la mantenían cautiva junto a sus 12 hermanos, malnutridos y en algunos casos encadenados. Esos padres, David Allen Turpin, de 57 años, y su esposa, Louise Anna Turpin, de 49, están detenidos y enfrentan cargos por tortura y por poner en peligro a menores. Un juez ha fijado sus fianzas en nueve millones de dólares para cada uno.

Según relató la policía, la adolescente les llamó el domingo por la mañana tras coger un móvil y escapar de la casa, situada en una urbanización en la localidad de Perris, a 110 km de Los Ángeles. Cuando los agentes se encontraron con ella pensaron que tenía 10 años, pero tiene 17.