Los Mossos d’Esquadra han detenido este martes en Figueres a 35 miembros de un clan familiar, los Cortés, en el transcurso de una gran operación policial contra el tráfico de marihuana. Más de 350 agentes policiales -que han contado con el apoyo de un helicóptero y de unidades caninas- han intervenido en el dispositivo, que también se ha desarrollado en otros siete municipios gerundenses, y en el que se han registrado una veintena de domicilios.

El inspector responsable de la comisaría de los Mossos en Figueres, Alfons Sánchez, ha explicado que el clan formaba “una organización criminal que se dedica al cultivo, transporte y tráfico de marihuana”. También se investiga un posible blanqueo de capitales procedente de la venda ilegal. Hasta el momento, los Mossos no han informado de las cantidades de droga requisadas, ni de los objetos de valor y el dinero en metálico requisados.

Tanto los registros como las detenciones se han realizado sin ningún tipo de incidente remarcable. Los detenidos han pasado a disposición del juzgado de instrucción número 6 de Figueres, que se ha hecho cargo de la investigación.

CULTIVADORES Y VENDEDORES

La policía catalana llevaba un tiempo investigando al clan Cortés. Todo apunta a que encabezaban el tráfico de marihuana en la zona gracias una sólida organización. Según fuentes próximas a la investigación, el clan tenía bien diferenciados a los que cultivaban y a los que vendían la droga.

Los cultivadores estaban alejados de los núcleos de decisión de la banda desmantelada, mientras que los líderes se centraban en el tráfico y distribución de la marihuana.

Además de Figueres, el resto de intervenciones policiales se han llevado a cabo en los municipios de Vilafant, Llers, Cabanes, Sant Miquel de Fluvià, Avinyonet de Puigventós. En el barrio de Sant Joan de Figueres, donde residen numerosas familias de etnia gitana, se ha descubierto que uno de los detenidos tenía gallos de pelea, con lo cual no se descarta abrir una investigación derivada por este hecho. También se ha registrado un domicilio en Platja d’Aro, en la comarca del Baix Empordà.

SEGUNDA OPERACIÓN

El pasado de febrero, una intervención policial también desmanteló otra banda dedicada al tráfico de marihuana en Sant Miquel de Fluvià. El modus operandi era similar al que llevaba a cabo el clan de los Cortés: contaban con un grupo de cultivadores y en casas vecinas estaba el personal que vigilaba las plantaciones y a los mismos cultivadores. En la operación en Sant Miquel de Fluvià se requisaron más de 1.600 plantas de marihuana.

En la provincia de Girona, durante el 2016, las intervenciones policiales incautaron 14 toneladas de marihuana, lo que representa un 161% más que el año anterior.