"Yo no sabía más que del tema médico. Las asistentas, las matronas… se encargaban de todo cuando una mujer ingresaba en la clínica". Es una de las escasas frases que ha pronunciado el doctor Eduardo Vela, de 85 años, acusado de participar en el robo de un bebé en 1969, Inés Madrigal, en la clínica San Ramón de Madrid y entregarla a una pareja que no podía tener hijos. En la primera sesión del juicio que sigue la sección séptima de la Audiencia de Madrid, Vela ha negado los hechos que se le atribuyen y ni siquiera ha reconocido como suya la firma que consta en el certificado de nacimiento de Madrigal, a pesar de que sí la identificó como tal durante la fase de instrucción, matizando que "firmaba cosas sin mirarlas". Este martes ha dicho: "Esto no es mío".

El ginecólogo, para quien el fiscal pide 11 años de prisión, ha asegurado que durante el tiempo en que dirigió la clínica, era él quien atendía los partos de sus clientas, pero eran "las asistentas sociales, podía ser alguna monja", quienes tramitaban las adopciones. Ha asegurado que no conoce ni a la denunciante ni a sus padres, Inés Pérez y Pablo Madrigal y ha afirmado: "Yo no le he dado una niña a nadie".

Ha intentado evitar el juicio

Por lo demás, el acusado ha respondido a gran parte de las preguntas con frases como: "no me acuerdo", "no lo sé" y "han pasado tantos años...". Vela, que ha acudido declarar en silla de ruedas y acompañado de su mujer y su hija, ha intentado evitar el juicio hasta el último momento, argumentando problemas de salud. Durante su declaración, ha aludido a sus problemas de audición y ha mostrado dificultades para hablar y entender lo que le preguntaban. Sin embargo, un forense acreditó que, pese a su edad, está en condiciones de comparecer ante el juez, ante quien tendrá que presentarse solo una vez más, este miércoles, cuando está previsto que termine el juicio.

La declaración del doctor acusado contrasta con la de la denunciante, Inés Madrigal: "Mi madre siempre contaba lo mismo. Ella y mi padre recibieron una llamada telefónica a la lechería del pueblo en el que vivíamos, entonces eran los únicos que tenían teléfono. Así los citó el doctor Vela en San Ramón". De hecho, la propia Inés Pérez declaró como imputada en este sentido en 2013 en un juzgado de Almería para ayudar a su hija "a encontrar sus orígenes". Aquel testimonio resulta hoy importante ya que Pérez falleció antes de que se celebrara el juicio contra Vela.

"Coged ropita de bebé, tengo una sorpresa"

Ante el tribunal, Madrigal, que como acusación particular solicita 13 años de cárcel para el ginecólogo, ha recordado cómo su madre le aseguró que Vela "los recibió en Madrid con mucho cariño, como si los conociese de toda la vida. Vela le había contado que había una niña de muy buena familia embarazada y les iba a dar a su bebé. Le recomendó a mi madre que que no fuera a la peluquería, que no se arreglara mucho y que simulara estar embarazada poniéndose un cojín en la barriga. Añadió que era importante que la gente notara síntomas de que estaba embarazada y no se encontraba bien". De acuerdo con el relato de la denunciante, apenas unos días después el ginecólogo "hizo otra llamada a mis padres diciendo que cogieran ropita de bebé y volvieran a Madrid, que tenía una sorpresa para ellos".

A preguntas del fiscal, Madrigal, quien ha reconocido que durante estos años ha tenido que recibir ayuda psicológica, ha explicado cómo se sintió al saber en 2010 que era una niña robada: "Supuso un bofetón emocional, un palo terrible. Yo ya había sido madre en 2008 y fue demoledor".

Tras las declaraciones de Vela y Madrigal, también han comparecido varios testigos. Entre ellos, la mujer del ginecólogo, Adela Bermejo, y varios empleados de la clínica San Ramón, algunos de los cuales han cambiado sus declaraciones anteriores para decir que no sabían "nada del tema de las adopciones irregulares".