En ocasiones hay historias que permiten recuperar la fe en la humanidad. Ésta es una de ellas. Teddy era un bebé que iba a nacer con Anencefalia, o lo que es lo mismo, con su cráneo todavía sin formar. Sus padres, a pesar de que el nacimiento y la vida de su hijo estaban en peligro, decidieron seguir adelante con el embarazo.

Así que el pequeño Teddy y su hermano gemelo nacieron. Su vida duró escasamente 100 minutos, "los 100 minutos más especiales que jamás hemos tenido", explican sus padres a 'Mirror'.

Conscientes de que la vida de su hijo no iba a ser muy larga, sus padres, Jess Evans y Mike Houlston, decidieron que el nacimiento deTeddy no iba a ser en vano. Los pequeños órganos de Teddy iban a ser donados para que otra vida pudiera salvarse.

"Vivió y murió como un héroe. No puedo estar más orgulloso de mi hijo", dicen los padres. Los médicos prepararon rápidamente un quirófano y extrajeron a Teddy sus riñones y válvulas del corazón. Teddy se había convertido en el donante más joven de Gran Bretaña.

Su riñón fue trasplantado días después para salvar la vida de un paciente con insuficiencia renal y la historia del pequeño Teddy sirve de inspiración para todos.