Javier Bardem presentó en la última edición de la Berlinale, que se celebró del 9 al 19 de este mes, Hijos de las nubes: la última colonia, un documental en que ha participado tras la cámara en calidad de productor y delante de ella, y en el que se analizan las causas de la dramática situación del pueblo saharahui.

--Esta película nació en un viaje que usted hizo al Sáhara en el 2008. ¿Qué fue lo que le impulsó a ponerla en marcha?

--Es muy difícil ir a un campo de refugiados, y convivir con ellos, y no sentirse tocado por lo que están viviendo y sobre todo por su cariño, su amor, su sentido del humor y su espíritu pacífico. Te despierta el sentido de responsabilidad y también te despierta la rabia, por todo el daño que les hicimos en su día y por lo poco que hacemos ahora por ellos. Ojo, la sociedad civil hace mucho. Son los gobiernos quienes no hacen nada.

--Es curioso que el del Sáhara sea un conflicto casi desconocido, olvidado incluso en España.

--Ese fue el motor principal de la película. No pretendemos solucionar la situación, solo darla a conocer. Está claro que ahora la masacre en Siria es primordial, y volverá a relegar el conflicto del Sáhara a la cola de la diplomacia, y así llevan más de 30 años.

--Para alguien de izquierdas como usted, ¿no resulta frustrante que en los ocho años de gobierno socialista en España no se hiciera nada por la situación del Sáhara?

--Mucho. Da igual el color del gobierno, a nadie le importa el Sáhara, y eso es trágico. Sobre todo, resulta indignante la empatía que nuestro país muestra con el reino de Marruecos a pesar de las atrocidades que comete en las zonas del Sahara Occidental ocupadas por ellos, las violaciones, los encarcelamientos, las torturas. Pero hay más villanos en esta historia.

--¿Por ejemplo?

--Francia, porque tiene derecho a veto en las Naciones Unidas, y respalda a Marruecos. Eso impide que se monitoricen los derechos humanos en las zonas ocupadas. Es el país de la Revolución Francesa, de la libertad, la igualdad y la fraternidad, y ahí está oponiéndose al respeto de los derechos humanos básicos.

--Como actor y figura pública, ¿siente usted el deber de colaborar en causas humanitarias?

--Deber no, pero sí necesidad. Habrá quien apoye el documental y quien lo critique solo por el hecho de que yo participo en él, pero en mi carrera nunca he tomado decisiones basándome en lo que se espera de mí, hago solo lo que me pide el cuerpo. Es el mismo principio que rige mi carrera: a mí me gusta el dinero como a cualquiera, pero para qué me voy a poner en evidencia haciendo cosas en las que no creo si ya tengo un techo y comida.

--Señor Bardem, ¿cuál es el futuro del Sáhara?

--Tiene que haber una solución a corto plazo. Estuve en las Naciones Unidas y comprobé que están pasando cosas, aunque no al ritmo ni en la profundidad que desearíamos. Es importante que se tome una resolución respecto a la autodeterminación de los saharahuis, pero lo más urgente es que se asegure el respeto a los derechos humanos en la zona ocupada. A cualquier demócrata le tiene que enfurecer lo que está pasando allí.