Elena Poniatowska, conocida como la "princesa roja" por su descendencia de la realeza polaca y por su compromiso, se ha convertido hoy en la "reina de las letras" tras recibir el Premio Cervantes, con un discurso lleno de emoción y altura y con el que ha dado voz a los pobres y olvidados.

Un discurso muy aplaudido por un claustro lleno en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), en el que la escritora "más mexicana que el mole" -"una sancho panza femenina" como ella misma ha dicho-, ha desplegando la empatía que la caracteriza, mucha ternura y amor, nombre del segundo apellido de la nacida como princesa Hèlène Elizabeth Louise Amelie Paula Dolores Poniatowska Amor.

Vestida con su traje indígena rojo y amarillo, realizado por las mujeres de Juchitán (Oaxaca), la escritora y periodista ha unido literatura y periodismo, en una intervención con los pies muy pegados al suelo, aunque lo haya hecho desde un púlpito, y que ha comenzado con el recuerdo a Gabriel García Márquez, quien "dio alas a América Latina" e hizo que "nos crecieran flores en cabeza".