Ya no tendrán la ubicuidad que tuvieron en los 90, pero la banda rock británica Skunk Anansie no se limita hoy en día a capear como puede el temporal. En realidad, en algunos países europeos son más populares de lo que hayan sido jamás: Italia, Polonia, Suiza… El caso italiano se explica, en parte, porque su cantante Skin estuvo pluriempleada como jurado de su 'Factor X' en la penúltima edición.

"Estaba en un momento en que buscaba algo nuevo que hacer", nos cuenta Skin, alias de Deborah Dyer. "Simplemente, dije sí. Me parecía interesante salir del círculo de las músicas que me gustan, como el rock y la electrónica, aunque en la versión italiana del programa tienen bandas rock. Y participar me obligaba a aprender italiano".

Tras la aventura italiana, Skin volvió a sus músicas de preferencia, esencialmente el rock (base de su grupo) y la electrónica (debilidad explorada en su faceta de 'dj'). El nuevo disco de Skunk Anansie,'Anarchytecture' (2016), que la banda presenta el lunes en Razzmatazz, como parte del Festival Mil·lenni, cruza hábilmente estas dos pasiones: "Para mí el rock y la electrónica no son tan diferentes. El espíritu, las construcciones; si acercas el oído te das cuenta de que comparten muchas cosas". Momentos 'riff-rock' se combinan con cortes con potencial para ser reelaborados para la pista (uno de ellos ya lo ha sido: el single 'Love someone else', del que existe una versión techno a cargo de la famosa productora nigeriano-libanesa Nicole Moudaber).

La presencia del productor Tom Dalgety, muy celebrado por el sonido crudo de Royal Blood, puede invitar a pensar en electricidad arisca, pero el álbum sorprende por su acabado de lustroso pop moderno: "Escuchamos mucho pop actual", dice Skin. "Si quisimos trabajar con Dalgety no fue tanto por lo que había hecho antes como por su personalidad. Es un tío guay. Buena persona".

LA POLÍTICA DEL AMOR

En sus primeros días Skunk Anansie llamaron la atención con letras sociopolíticas directas y agrias. Su primer disco incluía el himno antirracismo 'Little baby swastika'. El segundo se abría con una canción titulada, en toda una declaración de intenciones, 'Yes it’s fucking political' ("Sí, es jodidamente político / Todo es político", decía su estribillo).

Ellos siguen encendidos, como asegura una nueva canción llamada 'We are the flames' en la que hablan de "ver a todos los titiriteros/ desfilar en noticias malvadas". Pero este disco parece hablar, sobre todo, de la política del amor: las deslealtades, confabulaciones y actitudes hostiles que pueden verse en el Congreso de los Diputados pueden aparecer también en la vida íntima. "No nos gusta componer canciones sobre dragones y cosas así. Escribimos letras sobre lo que nos pasa en el día a día", dice ella.

Quienes se decidan a buscar rastros del divorcio de Skin de Christina Wyly, hija de un billonario tejano, en las letras de 'Anarchytecture' quizá deban empezar por una canción de desamor como 'Victim'. "Es bastante honesta", asegura la cantante, quien promete por otro lado más diversión que amargura en el espectáculo del lunes: "Creo que lo pasaremos bien. Tocaremos los nuevos temas pero también muchos viejos, incluso algunos que nunca hemos tocado en directo".